Es una imagen de vestir. Talla realizada en madera para la cabeza, manos y pies. El cuerpo es de devanaderas. Tamaño natural.

Se trata de la Virgen de la Piedad, devoción que alcanza un gran auge desde el siglo XVI.

El modo en que el escultor ha representado a la Piedad difiere en gran medida del tradicional.

Lo común es encontrar como Piedad, a la Virgen sentada con el cuerpo yaciente de Cristo. En cambio aquí, la Virgen esta de pie y la figura de Jesús es la de un infante.

La Virgen, tiene un rostro muy dulce, bastante agraciado. Sus ojos miran a quien la contempla, con gran serenidad, transmitiendo paz y gozo.

No es una imagen triste y llorosa como se espera de una Virgen  de Piedad. Al contrario, esta sonriendo, y sus ojos reflejan alegría.

Los ojos son grandes y de color marrón, lleva pestañas postizas para acentuar el realismo. La nariz es fina y alargada, los pómulos están sonrosados, la boca cerrada y de labios más bien finos. La barbilla redonda como las que hacia Salzillo. El cuello largo le muy elegante. Unos largos pendientes, penden de sus pequeñas orejas.

Esta ataviada con un vestido blanco decorado con motivos florales en rosa y dorado. Por encima de la cabeza una mantilla blanca cae sobre los hombros hacia la espalda, llegando casi hasta el suelo.

Observaciones

Se dice que esta imagen fue encargada por unos vecinos de Zarzilla de Ramos, cuya hija había fallecido, mandando hacer la escultura semejante a ella.

Nombre: La Virgen de la Piedad.

Objeto: Escultura.

Autor: Desconocido.

Fecha: Siglo XX.

Ubicación: Ermita/Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad.