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Etapas

El jardín, obra de Vicente Ros para Estampas Borrosas [Cartagena_Vicente Ros]
El jardín, obra de Vicente Ros para Estampas Borrosas

No es fácil identificar a Vicente Ros con períodos artísticos concretos ni etapas evolutivas en su pintura, pues siguió una trayectoria bastante continuada a lo largo de toda su vida. Sin embargo podrían distinguirse en él algunas fases donde su obra recibió marcadas influencias que se vieron reflejadas de alguna manera en sus cuadros.

Etapa de formación

Su formación se inicia en contacto con Wssel de Guimbarda, convirtiéndose en su discípulo predilecto y adquiriendo de él una técnica y estilo que fundamentaron la base pictórica de Ros. Guimbarda le descubrió la pintura y todas sus posibilidades, las líneas, las formas, los colores y los materiales, pero lo que caló en el joven Ros de esos años fue sobre todo el sentido de lo decorativo, que completará más adelante con su propia experiencia.

Alumnos junto a él desarrollados en el taller de Ussel fueron por ejemplo Octavio Bianqui, Andrés Barceló, José Sánchez Carlos o Alfonso Siles, entre otros

Etapa madrileña

La ciudad donde permaneció durante más de dos décadas fue para Ros un verdadero despertar de sus inquietudes pictóricas, absorbiendo todas las experiencias vividas en el ambiente bohemio e intelectual del Madrid de principios de siglo. Las aportaciones del simbolismo que germinan en aquel entonces marcaron profundamente al pintor que, muy interesado por estos aspectos, guiará de algún modo su personalidad creadora desde entonces.

Fue en esta época donde también se descubre a un Ros dedicado a las obras gráficas a las que da sentido a través de abundantes carteles y portadas de revistas.

Etapa cartagenera

Se trata de su período de madurez, un hombre tranquilo e interesado por el arte en todas sus expresiones.

Lo que más destacó de este tiempo, y que le ha llevado a un mayor reconocimiento dentro del mundo de la pintura, fueron un conjunto de pinturas realizadas en pequeño formato que despertaron el interés de quien las contemplaba por su aspecto inquietante. Esta obra, fechada en 1973 y que recibió el insólito nombre de Kamarrupas, ha sido descrita como una serie de composiciones donde 'el azar interviene como punto de partida al disponer los colores de una mancha arbitraria que luego se trabaja para dar forma expresiva a todas sus sugerencias'. En esta última etapa de su pintura perviven influencias de la corriente simbolista que conoció en su paso por Madrid.