Realizada en madera policromada y estofada.
La Virgen en pie lleva sobre su cadera izquierda al Niño. En la mano derecha llevan ambos un rosario, de tal modo que esa devoción al rosario sirve de vínculo iconológico y afectivo entre ellos, a la vez que recuerda a los fieles la presencia de la orden dominica, ligada a tal devoción.
La riqueza polícroma es exquisita. Destaca en la indumentaria la bellísima combinación de los rojos anaranjados, verde mate y dorados, así como el velo y manto que cubre la cabeza de la Virgen, rico en pliegues que descansan sobre el escote, encima de la túnica, a modo de media esclavina.
Los rostros tanto de la Virgen como del Niño, son más bien pequeños y redondeados, donde se enfatiza la frente amplia, abombada y despejada, y la graciosa prominencia redondeada del mentón. Los ojos, algo inexpresivos, suplen este hieratismo al estar enmarcados por las cejas amplias y arqueadas.
Destacan asimismo la elegancia y la armonía de las proporciones. Las dimensiones más bien pequeñas del grupo facilitan la armoniosa compenetración entre la figura de la Virgen y la del Niño, hasta el punto que los rostros y los gestos se funden en una única identidad.
Observaciones:
Se perciben en ella claras referencias a la obra de Nicolás Salzillo, en el plegado de paños en los pies y cíngulo anudado. Su italianismo fue el primer rasgo destacado de la obra.
Nombre: Virgen del Rosario o de la Aurora
Objeto: Escultura
Autor: Atribuida a José Caro
Fecha: Siglo XVIII
Ubicación: Iglesia de Santo Domingo, Murcia