Cuando hacemos una compra por Internet, nos podemos encontrar con el caso de que nos envíen un producto parecido, pero no exactamente lo que hemos solicitado. Tenemos, pues, todo el derecho a exigir la devolución del dinero. Ahora bien, ¿quién debe hacerse cargo entonces de los costes de envío?
La Ley de Ordenación del Comercio Minorista obliga al vendedor a proporcionar al consumidor, de forma veraz y suficiente y antes de iniciar el procedimiento de contratación, información sobre las circunstancias y condiciones en que podría suministrar un producto de calidad y precio equivalentes en sustitución del solicitado por el usuario.
También hemos de tener en cuenta el derecho de desestimiento que ampara al consumidor en estos casos. En las operaciones efectuadas en la Red, la empresa concede un plazo de revocación o desistimiento de al menos diez días hábiles a partir de la fecha de entrega de los productos. Durante este plazo, la empresa se compromete a aceptar la devolución de los productos entregados sin repercutir ningún gasto al consumidor, incluidos los correspondientes a la devolución de los productos.
De modo general, el derecho de desistimiento no puede llevar a penalización alguna, pero sí puede exigirse al comprador que se haga cargo del coste de devolución del producto. Sin embargo, si el vendedor suministra un producto de calidad y precio equivalentes, pero no exactamente el producto solicitado, los costes directos de devolución, cuando se ejerza el derecho de desistimiento, serán por cuenta del vendedor.
FUENTE: REVISTA CONSUMER