Paraje del Salto de la Novia II [Ulea_Historia]
Paraje del Salto de la Novia II
Paraje del Salto de la Novia [Ulea_Historia]
Paraje del Salto de la Novia

    Algunos estudios sobre Ulea llevados a cabo por Joaquín Carrillo

    El Salto de la Novia: un paraje de leyenda

    Ulea se comunica con Ojós por medio de una serpenteante y quebrada carretera, antes camino de herradura y vereda de ganado. Siguiendo el margen izquierdo del Río Segura, con una fértil tierra de naranjos, limoneros, palmeras y demás frutales en flor. Todo ello unido al fortín de las estribaciones del monte 'el Castillo', y a la gran riqueza histórica del enclave, con sus norias, aljibes y acequias, hacen del paraje un lugar de ensueño, para ser visitado con deleite.

    Entre esas frondas discurre sinuoso el Río Segura, con aguas abundantes y cristalinas. Donde se ciñe el río entre un enorme acantilado, se encuentra una carretera que atraviesa el túnel del Salto de la Novia, peñasco desde donde, según la tradición, se arrojó una muchacha al saber que su amado había muerto.

    Las versiones de los hechos han sido cada vez más prolijas. García Abellán las recopiló:

  • La pareja de la joven cristiana y el moro enamorado que la persigue.

  • La muerte en combate de un oficial valiente y el desconsuelo de la novia, hija del Comendador de Santiago.

  • La revelación amorosa del guerrero Aben Hud con una joven cristiana, incapaz de superar la negativa de su padre.

'Aben Hud muere en el siglo XIII, y lo hace de manera lamentable: su fiel amigo y aliado ' hasta entonces ' Arramine de Almería, mediante engaño, lo atrae hacia su Alcazaba. Los celos por una bella y rubia cristiana consiguen perder su templanza. El traidor consiguió emborrachar y ahogar, al caudillo árabe, en un pozo de excrementos y sacando, de forma clandestina, su cuerpo a las costas murcianas'.

Aben Hud fue un hombre culto y tolerante. En Ricote se creó una comunidad de destacados místicos y pensadores musulmanes, entre los que destacaba el médico Al Ricotí. Éste era muy prestigioso entre los árabes españoles por sus conocimientos de filosofía, música, aritmética y medicina. Tal fue su nombre que Alfonso X el Sabio creó un centro de estudios e investigación del que fue director.

Aben Hud fue, además, un gran mediador y dialogante. Entabló conversaciones muy fructíferas con los cristianos de la comunidad, y allí conoció a su joven y bella cristiana. Los recelos y la envidia entre musulmanes y cristianos ocasionaron el fatal desenlace.