En términos jurídicos se denomina "arras penitenciales" al dinero que el futuro propietario entrega como "señal" al vendedor o promotor cuando se apalabra la compra de una casa.

La compra de una casa es una operación compleja y muy importante debido al alcance de la misma. Habitualmente, cuando se va a comprar una vivienda, el vendedor (bien sea el promotor, constructor, una inmobiliaria, o incluso un intermediario particular) suele requerir el pago de una cierta suma de dinero, lo que comúnmente se conoce como "señal".

La firma del documento en el que se recogen las arras penitenciales obliga a ambas partes, tanto al comprador como al vendedor. Se trata de un contrato firmado con el pleno consentimiento de ambas partes, pactado dentro del ámbito consensual. Existe una total libertad en cuanto a su redacción y fondo; precisamente por este motivo conviene elaborar el texto con cuidado, sobre todo cuando la operación se realiza entre partes privadas.

Teniendo en cuenta la voluntad de las partes, las arras pueden ser confirmatorias, esto es, las entregas a cuenta del precio de compraventa, penitenciales, en las que si incumple el comprador perderá la señal, mientras que si es el vendedor quien no cumple deberá devolver el doble de lo entregado, y penales, que sirven de garantía del cumplimiento del contrato.