Los mudéjares de los señoríos


En el mundo de los señoríos murcianos, ya fueran seculares o eclesiásticos, la situación de los mudéjares era bien distinta. Los investigadores han señalado que tienen la ventaja de poder organizar mejor su vida comunitaria y de una menor presión fiscal, al menos hasta finales de la Baja Edad Media. La ciudad se les presenta como un mundo en el que la supervivencia, tanto comunitaria como profesional, es mucho más complicada, y en el que tienen que hacer frente a una fuerte carga fiscal. Mientras esta situación persistió, el emigrar a un señorío podía ser una opción apetecible. Pero no siempre las condiciones eran tan ventajosas: las comunidades mudéjares pertenecientes a las Órdenes Militares sufrían un fuerte control por parte del Comendador.

Sin embargo, a medida que las autoridades de las ciudades empezaron a tomar medidas para atraer a nueva población mudéjar y repoblar las morerías, y por contra en los señoríos se acentuaba la presión sobre esta comunidad, trasladarse a la ciudad daba más opciones. A.L. Molina pone como ejemplo el crecimiento de la morería murciana a finales del siglo XV, con aportes muy significativos de mudéjares provenientes del Valle de Ricote (1497).