El nacimiento del periodismo murciano puede datarse el 10 de agosto de 1706, fecha del primer ejemplar conservado de La Gazeta de Murcia. La publicación, de la que sólo conocemos tres números, fue creada por el Cardenal Belluga como elemento informativo y propagandístico durante la Guerra de Sucesión. A finales del siglo XVIII surge el Semanario Literario y Curioso de Cartagena, un periódico ilustrado que fomenta las ciencias y las artes.
El primer periódico importante de la Región fue La Paz de Murcia, fundado en febrero de 1858 por Juan Contreras Moreno. Su relevancia viene dada por su inusual longevidad para la época –cerró en enero de 1896– y por ser testigo de los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XIX –inauguración del Teatro Romea, llegada del ferrocarril–. Su devenir estuvo marcado por el director más longevo de la prensa murciana, Rafael Almazán, quien estuvo al frente del diario desde 1858 hasta poco antes de su muerte en 1895. En este mismo siglo también tuvieron importancia El Eco de Cartagena, El Diario de Murcia, encumbrado con José Martínez Tornel al frente tras su amplio despliegue tras la Riada de Santa Teresa, El Semanario Murciano, Las Provincias de Levante o Mediterráneo de Cartagena.
El Eco de Cartagena ve la luz el 1 de noviembre de 1861, diario católico considerado durante varios años, el decano de la prensa de la provincia. El objeto de su fundación fue el de hacer una campaña en pro de la construcción del ferrocarril de Albacete a Cartagena. El diario fue blanco de sus campañas la minoría municipal socialista. En sus páginas se contemplan las crónicas de sociedad, dedicando especial atención a los novenarios y pastorales de los obispos. Su faceta devota le llevará a publicar un número especial el día de la patrona de Cartagena. En sus artículos de fondo late toda una ideología ultraconservadora, manifestada en su actitud inequívocamente germannófila durante la I Guerra Mundial; su total rechazo a los soviets, o su defensa a ultranza del fascismo italiano. Entre sus colaboradores habituales se encontraban: Severiano Aznar, Gil Valero, Juan de Dios Manuel, José Calvo Sotelo, Gil de Vargas, José Perez Calin, Jiménez de Letang y Antonio Monedero. El nivel de lectura alcanzado se situó en torno al millar de ejemplares diarios. Los primeros directores del diario fueron Fulgencio Teruel, Obdulio Moncada Calderón y Antonio Villar entre otros.
Durante el primer tercio del siglo XX se multiplicaron el número de periódicos, gracias, sobre todo, al desarrollo tecnológico y a la mejora de las comunicaciones. Destacaron El Liberal, La Verdad, fundado en 1903, El Tiempo y Levante Agrario. Este auge de la prensa motivó que surgieran las primeras Asociaciones de Prensa; la de Murcia, que duró unos pocos meses; y la de Cartagena, que finalizó sus actividades en 1914. En 1929 surgió la Asociación de la Prensa de la Región de Murcia, que pervive en nuestros días.
La Segunda República vió el nacimiento de nuevas publicaciones de marcada ideología política y social que perduraron hasta el final de la Guerra Civil y la promulgación de la Ley de Prensa de 1938. Durante el régimen franquista se creó la Prensa del Movimiento, cuyo diario en la Región sería Línea, que cerró con la transición democrática. De la época anterior sólo se mantiene La Verdad, tras su compra por Editorial Católica. En 1943 sale a la calle la Hoja del Lunes, fundado por la Asociación de la Prensa.
La transición trajó el declive de la Prensa del Movimiento y de la Editorial Católica. La Verdad, tras ser comprada por el Grupo Correo –actual Vocento– se convirtió en el único diario con difusión regional hasta la aparición el 25 de mayo de 1988 del diario La Opinión, de carácter indepenidente y de información general. El Diario 16 de Murcia, ya cerrado, también hizo su aparición a finales de la década de los 80.
En la actualidad, han surgido con fuerza los periódicos gratuitos como Crónica del Sureste o 20 minutos, y se mantienen los de pago La Verdad y La Opinión, a los que se ha unido recientemente El Faro.