La zona que hoy se conoce como El Ranero es uno de los barrios más recientes de la ciudad de Murcia. Hasta finales del siglo XX dependió de La Albatalía, llegando a tener alcalde pedáneo. Su topónimo se explica por la abundancia de acequias, azarbes, brazales y regaderas que circulaban por la zona, lo que lo convirtió en un verdadero paraíso para las ranas.

     Se sitúa al norte de la ciudad de Murcia, limitando al oeste con Ronda Oeste, al sur con el barrio de San Basilio, al este con la Avenida Miguel de Cervantes y al norte con Espinardo.

     Las tierras de La Albatalía quedan en manos de los musulmanes en el momento del Repartimiento realizado por el rey Alfonso X, dentro de la zona denominada de huerta, y que eran regadas por la Acequia de la Aljufia, siendo, como señala Cascales en su libro Discursos históricos de Murcia y su reino, "uno de los pagos de la huerta que mantiene el nombre del tiempo de los moros".

     En este sentido, las tierras de La Albatalía se regaban con Alcaduçes, es decir, mediante norias que elevaban el agua de la acequia mayor, lo que lleva a considerar que ante la dificultad para regar, dichas tierras permanecerían bastante tiempo incultas siendo marjales.

     Cuando en 1785 se planifica orgánica y administrativamente el Reino de Murcia, en la relación de poblaciones de su término municipal figura La Albatalía como una aldea de realengo con Alcalde pedáneo.

     Ya en el siglo XIX, concretamente en el año 1809, La Albatalía se encuadra dentro del vecindario de Entidades Menores de población, especificándose que cuenta con 192 vecinos, que se desglosan en Albatalía Alta (90) y Albatalía Baja (102), lo que venía a significar en aquella época una población aproximada de 900 habitantes. En 1836 Rafael de Mancha nos cuenta que "la diputación de la Albatalía consta de vecinos diseminados en casas y barracas sin formar población reunida".

     A principios del siglo XX el barrio estaba compuesto por unas pocas casas diseminadas por la huerta, aprovechando la confluencia de varias acequias menores. Era un lugar aislado, mal comunicado, y poco atractivo para la población. En los años 30 aparece un pequeño núcleo poblacional, en torno a la calle del Rosario, y ya en los años 50 aumenta su número de habitantes por motivos diversos como la venta de terrenos para poder edificar, la apertura de nuevos caminos, la cercanía a la capital, etc. A lo largo de las décadas de los 60 y 70 se produce un éxodo de la población dada la falta de viviendas asequibles y por motivos de trabajo. Ya en la década de los 90 se produce el "boom" en cuanto al aumento del número de habitantes con la edificación de nuevas viviendas, la urbanización de sus calles y la construcción de avenidas y zonas verdes, lo que ha cambiado por completo la fisonomía del barrio.