El entierro de la sardina es una fiesta única y original que se celebra el sábado siguiente a la conclusión de la Semana Santa, suponiendo el colofón a las 'Fiestas de Primavera'.
El Entierro nos retrotrae a viejos mitos paganos en los que el fuego cumple una función purificadora esencial, al tiempo que supone una alegoría de la victoria de don Carnal sobre doña Cuaresma, en la que retorna el carnaval para ahuyentar los rigores y privaciones de la Semana Santa recién concluida.
El origen del festejo data de mediados del siglo XIX, cuando un grupo de estudiantes de que se reunían en la rebotica de una farmacia de San Antón, decidieron formar un cortejo fúnebre bufo presidido por una sardina.
Durante los días previos al entierro, Murcia se encuentra extraordinariamente animada por el bullicio de charangas y pasacalles a la espera de la llegada del momento álgido, el sábado por la noche, cuando empieza a serpentear un desfile lúdico y variopinto que amalgama comparsas, un dragón articulado, gigantes y cabezudos, que anteceden a la "procesión" de carrozas dedicadas a los dioses del Olimpo.
Tras el paso de las carrozas con su preceptivo reparto ingente de juguetes, tiene lugar el paroxismo final de la quema de la sardina junto al Puente Viejo, acontecimiento que es culminado con una exhibición pirotécnica a modo de contrapunto último al recogimiento que Doña Cuaresma imponía en su reciente reinado de Semana Santa.