Comienzo de la EFRM
En su camino hacia la gestión racional y sostenible de los espacios naturales regionales, la EFRM ha venido desarrollando, hasta el día de hoy, programas de protección y conservación mediante fuertes inyecciones presupuestarias.
Hace más de una década la Dirección General del Medio Natural, actualmente de Patrimonio Natural y Biodiversidad, asumiendo la trascendental función que desempeñan los montes de la Región de Murcia para el mantenimiento de la diversidad biológica, el control de la desertificación y la conservación de valores socioeconómicos y culturales esenciales, emprendió la tarea de dotar a gestores y a técnicos de un instrumento de planificación que concretase las grandes líneas y criterios de actuación de la Administración del medio natural.
Este instrumento de planificación se creó con el objetivo de establecer un plan de acción que permitiera abordar los principales retos que planteaba la gestión del medio natural y pudiera encuadrarse dentro de las distintas estrategias y políticas forestales y de conservación, tanto a nivel europeo como estatal, que se desarrollan a partir del Convenio sobre Diversidad Biológica firmado en la Cumbre de Río del 1992 y ratificado por España el 21 de diciembre del 1993.
Antecedentes de la EFRM
El primer trabajo se centró en obtener un diagnóstico completo y fiable sobre el estado de los montes murcianos y de su gestión, que concluyó con la elaboración del Libro Blanco de la Política Regional sobre el Medio Natural, presentado en 1999.
A partir del análisis detallado de la situación recogido en el Libro Blanco, y obedeciendo a lo dispuesto en uno de los Planes de Acción definidos por el Plan Estratégico de Desarrollo Regional 2000–2006, se redactó la Estrategia Regional de Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica, que fue presentada el 22 de mayo del 2002.
Como culminación lógica del trabajo, se identificaron y cuantificaron necesidades, se marcaron objetivos, criterios y prioridades, se definieron modelos de gestión y protocolos de actuación y se articularon las medidas a realizar para llevar a cabo una política y gestión forestal óptima dentro del marco de dicha Estrategia de Biodiversidad. Este proceso concluyó con la presentación, el 20 de marzo del 2003, de la Estrategia Forestal de la Región de Murcia.
Seguimiento y modificaciones
La propia Estrategia Forestal establecía una serie de procedimientos y mecanismos de control y seguimiento diseñados con el fin de velar por el cumplimiento de los objetivos y directrices de la Estrategia de Biodiversidad, supervisando la asignación de medios humanos y materiales a cada uno de los programas, la cuantía y distribución de las inversiones realizadas y su adecuación a los objetivos buscados, y la correcta ejecución de la medidas en función de los criterios y directrices establecidos.
Para satisfacer esta necesidad de seguimiento se crea esta revisión, en la que se realiza un análisis detallado del grado de cumplimiento de cada línea de trabajo que conforman los diferentes programas. Posteriormente se ha realizado una evaluación para identificar los problemas que ha podido causar la no consecución de alguna de las líneas y, por último, un conjunto de conclusiones.
Finalmente, se añaden nuevos aspectos programáticos derivados de las modificaciones normativas y que se deben cumplir en la segunda fase de la Estrategia.