La epigrafía es una ciencia auxiliar de la Historia, cuyo objeto es conocer e interpretar las inscripciones realizadas en soporte duro, diferenciándose así de aquellas otras disciplinas que estudian las inscripciones en soporte blando, como es el caso de la paleografía (pergaminos) o la papirología (papiros). Su nacimiento como ciencia tiene lugar en el Renacimiento, momento en el que se concibe en parte sólo como mero coleccionismo, dándose un gran impulso a partir del siglo XIX, cuando se realizan los primeros grandes corpora epigráficos.
Las inscripciones o epígrafes (tituli) aportan una valiosa información de distinta naturaleza:
-Histórica: en tanto testimonian acciones en el momento en que se redactan.
-Literaria: porque podemos analizar su mensaje escrito.
-Arqueológica: pues en su mayoría son resultado de hallazgos en excavaciones, aportando información para la comprensión del yacimiento.
Así, un epígrafe puede considerarse tanto texto como monumento:
-Texto, pues informa sobre la administración, la economía, el derecho, la organización social, la demografía, la onomástica o la religión, entre otros aspectos.
-Monumento, porque indica las costumbres funerarias, la condición social, las preferencias estéticas o los procesos de trabajo artesanal.