Los números que comienzan por 800 y 900 aparecieron en 1992 y desde entonces han proliferado mucho. Sus tarifas son, por lo general, desconocidas y altas y algunas líneas han estado envueltas en algún que otro fraude. Los servicios que prestan van desde adquirir productos hasta participar en concursos.
En primer lugar es importante saber diferenciar entre este tipo de prefijos, porque mientras los empezados por 900 son de carácter gratuito, los 803 y 806 tienen costes muy superiores a, por ejemplo, una llamada metropolitana. Es decir, que no todas estas llamadas son caras, ya que oscilan entre la gratuidad y los 3,5 euros por minuto.
Bien es cierto que muchos han sido los consumidores sorprendidos por facturas enormes e imprevistas. Por ello existen varias denuncias presentadas por asociaciones de consumidores que avisan de usos fraudulentos de empresas que ofrecen puestos de trabajo, servicios de videntes y líneas eróticas, concursos y un largo etcétera a través de estas líneas llamadas de tarificación adicional.