Descripción
Son las dos especies ibéricas más pequeñas de murciélagos. Morfológicamente son muy similares y de difícil separación. Orejas cortas y triangulares, con el trago corto y de ápice romo. Pelaje del dorso de coloración muy variable, desde marrón rojizo a pardo grisáceo, y a veces muy oscuros, casi negros. Vientre más claro, pardo amarillento o grisáceo. Partes desnudas muy oscuras, aunque sin llegar a ser negras.
Hábitat y distribución
Son los murciélagos que mejor se han adaptado a los habitáculos de origen antrópico, hasta tal punto que en gran parte de su área de distribución utilizan exclusivamente este tipo de refugios durante todo el año. Una relación no exhaustiva incluiría los espacios existentes bajos las tejas, fisuras de contacto entre fachadas y tejados, juntas de dilatación, agujeros y grietas en muros y techos de todo tipo, oquedades tras los marcos de ventanas y contraventanas, cajones de persianas, paneles, tablones y revestimientos varios en fachadas, juntas y grietas entre las vigas de techumbres y paredes, conductos de ventilación, tras los canalones de desagüe, en las cavidades de conducción de cables y tuberías, grietas en puentes de hierro y mampostería, etc. También se les ha encontrado en huecos de árboles y fisuras de rocas (probablemente sus refugios originarios), nidales artificiales, cajas-refugio para Quirópteros y, a veces, en cavidades subterráneas.
Los asentamientos en edificaciones tienen el acceso habitualmente por el exterior de éstos y, puesto que se trata de especies fisurícolas y de contacto, todos ellos suelen ser poco espaciosos y ocultos a la vista de modo que la mayoría de las veces lo único visible es el punto de acceso al interior del refugio.
En cuanto a los tipos de edificios seleccionados son muy amplios: iglesias, graneros, caseríos aislados en el medio rural, naves industriales, casas unifamiliares y bloques de viviendas en el casco urbano, etc., tanto si están en plena construcción como si son ya antiguos o incluso ruinosos.
Presentes e incluso abundantes en casi todo tipo de hábitats, aunque manifiestan una inclinación evidente hacia los medios urbanos y agrícolas. Buscan su alimento en biotopos variados: linderos y claros de bosques, parques, jardines, setos, cultivos arbóreos y herbáceos, pastos, vegetación ripícola, arboledas diversas, cursos y masas de agua de toda clase, calles iluminadas o no en cascos urbanos, suburbios, etc.
Presentes en conjunto por toda la Región, si bien no están todavía claros los patrones de distribución de las dos especies. Son los quirópteros más abundantes de nuestra fauna.
Alimentación y costumbres
Son cazadores aéreos, incluyendo entre sus presas Dípteros Nematoceros (Típulas, Simuliidae, Chironomidae, Culicidae...), Tricópteros (Glossomatidae), Efemerópteros, Neurópteros y, si están disponibles, Coleópteros, pequeños Noctuidos, otros Dípteros y Dermápteros.
Cuando cazan siguen una trayectoria más o menos fija que recorren en ambos sentidos, a veces compartida por varios individuos, entre los que no se producen interacciones agresivas salvo si la densidad de insectos es baja, en cuyo caso cada uno defiende su parcela de caza frente a posibles intrusos. Sin embargo, en general son cazadores comunitarios y oportunistas, muy hábiles en detectar y explotar las grandes concentraciones de insectos que se producen de forma imprevisible en diferentes biotopos.
El tamaño medio del área de campeo es de uno o dos km de radio en torno al refugio. En las hembras se reduce después del parto.
La mayoría de hembras y algunos machos alcanzan la madurez sexual en su primer año de vida; el grueso de los machos no son sexualmente activos hasta la siguiente estación reproductora.
Los apareamientos comienzan una vez finalizada la cría, extendiéndose desde agosto a fines de septiembre. Los machos, que viven aislados durante toda la cría, establecen territorios individuales en torno a su refugio que son defendidos frente a otros machos a los que expulsan mediante persecuciones y gritos de alarma cuando traspasan sus límites. A fines de julio, las hembras adultas empiezan a visitar estos territorios, estableciéndose de forma transitoria en los refugios de los machos, donde pueden formarse harenes de hasta 10 hembras. El tamaño máximo de los harenes se alcanza a mediados de agosto, coincidiendo con la intensificación de un comportamiento particular en los machos consistente en la emisión de un reclamo de vuelo cuya finalidad es la de atraer a las hembras a su territorio. Este "display" se realiza mientras vuelan en trayectorias circulares o elípticas de longitud y altura variables. La norma, al parecer, es la promiscuidad en ambos sexos.
Las colonias de cría, integradas sólo por hembras adultas, se forman a partir de abril o mayo y pueden reunir a veces hasta un millar de individuos, aunque lo normal son entre 20 y 300 con un tamaño medio oscilando en torno a los 50-80. Las cifras medias en las colonias murcianas son ligeramente superiores a éstas (por encima del centenar).
Los primeros partos pueden tener lugar a principios de junio, escalonándose ampliamente, incluso en una misma colonia, hasta mediados del mes siguiente.
En nuestras latitudes lo habitual parecen ser los partos simples, aumentando la proporción de partos dobles, dentro de Europa, según un gradiente geográfico SW-NE.
Los juveniles son capaces de volar a las tres o cuatro semanas de vida y se independizan a las seis semanas. Tras el destete, las hembras adultas abandonan la colonia, lo que suele ocurrir desde fines de julio a mediados de agosto; los juveniles se dispersan más tarde (de agosto a septiembre) aunque las colonias más estables pueden permanecer en el refugio hasta octubre.
A semejanza de lo que ocurre con el Murciélago hortelano (Eptesicus isabellinus) no es raro el cambio de refugio durante el período de desarrollo de las crías, alternando entre varias ubicaciones próximas entre sí. En estas translocaciones las hembras llevan a las crías consigo.
La hibernación tiene lugar en el mismo tipo de refugios empleados en verano. En Europa hibernaría desde octubre-noviembre hasta marzo-abril, pero en Murcia, por ejemplo, se observan todavía muchos individuos activos a mediados de noviembre y ya a finales de febrero comienza una actividad más o menos generalizada al menos en las comarcas más cálidas de la Región, no siendo raro encontrarlos cazando durante los días más benignos de todos los meses invernales.
La mayoría de poblaciones parecen sedentarias, con movimientos interestacionales de pocos kilómetros.
A finales del verano se pueden producir "invasiones" de estancias habitadas y refugios transitorios temporales que implican sobre todo a juveniles nacidos ese mismo año. No está muy claro el sentido de estos movimientos masivos, pero se especula con que pueda tratarse de individuos pertenecientes a una misma colonia de cría en desplazamientos erráticos a la búsqueda de otros refugios más apropiados para las nuevas condiciones ambientales que se avecinan.
Como la mayoría de especies, son gregarias durante la cría y no tanto en hibernación. Se conocen asociaciones con otros verpertiliónidos, aunque la mayoría de las colonias conocidas en la Región son monoespecíficas.
Protección y conservación
Intoxicación por tratamiento con productos fitosanitarios contra insectos xilófagos en el maderamen de muchas construcciones. Se ha comprobado que la contaminación por pesticidas y la desaparición y polución de masas de agua afecta negativamente a ambas especies. En Murcia han desparecido muchas colonias por demolición de viviendas o taponamiento de la entrada de los refugios durante obras de reforma en edificios diversos. También se conocen casos de exclusiones forzadas de colonias enteras por supuestas molestias a los habitantes de la vivienda colonizada.
En Murcia no se ha adoptado ninguna medida de conservación específica a favor de estos quirópteros. No están incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Región de Murcia aunque sí en el Anexo IV de la Directiva Hábitats, con el resto de especies ibéricas de murciélagos. En el Libro Rojo de los Vertebrados de Murcia se incluyen en la categoría "Datos Insuficientes".
Curiosidades
Hasta hace poco consideradas una misma especie, su separación tuvo lugar hace escasamente una década por lo que gran parte de la información previa se desconoce si correspondía a una u otra especie. En libertad sólo se distinguen por las características físicas de sus vocalizaciones, escuchadas a través de un detector de ultrasonidos.
Ángel Guardiola Gómez