Hay recetas tradicionales que se pierden, no tanto en la memoria como en el habitual quehacer de los hogares. Es difícil encontrar hoy día quien siga cocinando unas sencillas sopas de ajo, con su pan frito y su huevo escalfado. Sin el pimentón, pimentón murciano, esta sopa, que no es sopa al uso, no es nada, porque el secreto está en el sofrito previo.

     Ésta es la típica receta producto del momento en el que la imaginación se pone a trabajar ante la escasez de productos, pero también es la receta del que busca sabores genuinos y una experimentación basada en algo tan común y simple como un diente de ajo.

Ingredientes

Unos dientes de ajo
Pimentón
Aceite
Pan
Huevo

Elaboración

     Las sopas de ajo llevan un proceso sencillo pero metódico. Primero, en una sartén con aceite se sofríe un diente de ajo (si es una ración). Se añaden unos trozos de pan, del día anterior, y se fríen con el ajo, como los croutons de una sopa o ensalada. Ajo y pan se apartan.

     Se añade a la sartén pimentón molido, y se requema apenas 10 segundos, para que no se queme.

     Seguidamente se añade agua, que será la base de estas sopas y se deja que hierva unos minutos (2 minutos), junto al ajo, y más tarde se incorpora el pan y el huevo. Se deja hervir despacio unos minutos, hasta que el huevo se cuaja enteramente y ya están listas para servir y comer las sopas de ajo.