La banda de música
Disciplina musical.

La Banda prosiguió su andadura y, a finales de 1908, se renueva la Junta Directiva, decretándose en acta el acuerdo de gratificar con 25 pesetas al maestro Don Ceferino Llidó y a Don Emilio Ramírez, dos músicos excepcionales que se entregaron en cuerpo y alma a la consolidación de la formación musical en aquellos primeros estadios. Este último que hemos citado, Don Emilio, fue el autor del Himno a Murcia, que versa y ensalza las características más resaltadas, más sobresalientes y más famosas de nuestra tierra, de nuestras, gentes y de nuestro sol.

La obtención del Primer Premio del Certamen de Bandas de Música de Murcia, que se celebró en este mismo año, fue el resultado directo de la colaboración que prestó Don Emilio Ramírez a la incipiente formación musical de Beniaján. Por este motivo, y como consecuencia de su cooperación, la Banda de Música decidió corresponder la ayuda prestada por el maestro Ramírez con la simbólica cantidad de 25 pesetas (una cantidad que, como vemos, parece que se "estilaba"). Esta colaboración sin incentivo económico a priori venía siendo consecuencia de la estrecha relación de amistad entre el maestro Ramírez y José García, que se convertirían por una orden corroborada en un Acta de 1908 en Presidentes de Honor. Así, estos dos Ilustres señores no sólo compartirían su gran amistad sino también, como exponentes que eran de un buen quehacer musical y de una infinita devoción a su trabajo, la Presidencia de Honor de la Banda de Música de Beniaján.

El "status quo" al que aludimos se mantendría de este modo tan solo durante algunos años, ya que a principios de 1909 se contempla la posibilidad de contratar a nuevo director, que estaría subordinado a la inamovible condición de que su trabajo siempre se supervisaría por el maestro Ramírez. El 9 de marzo de 1909 se acordó el cesar de la actividad ejercida hasta entonces por Don Ceferino Llidó.

A mediados de 1910, allá concretamente por el 21 de julio, el Acta de la Junta General determina que la nueva Junta Directiva estará presidida por Juan Barceló Quereda, iniciándose así una nueva etapa que concluiría entre el 1921 y el 1922, cuando Patricio Barceló Sánchez instala la Academia de Música encima del taller que regentaba en la calle Mayor de Beniaján. Posteriormente, se han sucedido nuevas etapas en las que figuraron como maestros titulares D. Jesús San Nicolás, del año 1928 al 1930; D. Andrés González Murcia, del año 1933 al 1934; y D. Eduardo Lázaro Tudela, desde 1935 a 1941, quien destaca particularmente junto a su etapa por el esplendor artístico que logró.

En pleno contexto bélico, con escarceos e intentos de renovación y de consolidación tanto en los años anteriores a la Guerra Civil Española como durante la misma, se pone en marcha esta Banda musical. A pesar de las vicisitudes y de los obstáculos que fueron productos del contexto bélico, los 'beniajanenses', encerrados en su pretensión y con perspectivas de futuro, se enzarzaron en otra pugna: en la formación musical de los más pequeños. Así, miles de niños se fueron acercando al universo musical. La Banda de Música creó diversas academias, unos centros donde los más pequeños podían pulir y mejorar sus habilidades musicales y depurar de modo paralelo sus imperfecciones. Éstos eran niños que, en un futuro cercano, contribuirían con su presencia y con sus angelicales sonidos musicales a ese resultado final y asombrosamente destacable que fue y es la Banda de Música.

Si recurrimos al refranero popular, tan sabio como amplio, encontramos varias citas propicias para las diferentes etapas de la Banda de Música de Beniaján, y es que "no todo fue un camino de rosas". A pesar de iniciar su actividad en una ardua situación y en un contexto socio-político muy caótico y sangrante, supo salir adelante, y lo hizo con inventiva, con fuerza, con coraje, con deseos de mudanza y de cambio hacia ese rescate de lo mejor del ser humano.