El Alcázar Medieval de Murcia (El Qasr al Kabir)
El inmueble que alberga en la actualidad la Consejería de Hacienda, antes sede la Diputación Provincial, se alza en el lugar donde se halló el hospital de San Juan de Dios. Este hospital fue fundado en el siglo XVII en el interior del recinto del alcázar andalusí, en el lugar en que se hallaba la iglesia de Santa María La Real, concesión de Jaime I y Alfonso X a los templarios.
Por las crónicas aragonesas de la conquista de Murcia en 1266 (Llibre del fets de Jaime I y Crónica de Ramón Muntaner) es factible conocer la existencia del alcázar medieval, precisamente entre la antigua mezquita aljama, hoy Catedral de Santa María, el río y el barrio de San Juan Bautista. A una de las torres de este alcázar se subió Jaime I para poder contemplar una panorámica de la ciudad poco después de haber desalojado a la guarnición granadina allí acogida.
A lo largo de la historia se ha demostrado cómo la posesión del alcázar tenía un significado singular: sede de los representantes del poder, el lugar fue entregado a los castellanos cuando Murcia capituló en 1243. Tras la sublevación mudéjar de 1265, el espacio gubernamental fue devuelto a los representantes de la Corona que lo retuvieron hasta que en 1399 Enrique III mandó edificar otro alcázar en el lugar donde hoy se halla el Hotel Victoria.
¿Cómo era el recinto? Aunque hoy día no se conservan alzados de sus restos, ciertos datos invitan a reconstruir parcialmente su estructura. Por ejemplo, es casi seguro que su perímetro estaba delimitado por las actuales calles Teniente Flomesta, Ceballos y plaza-calle de Los Apóstoles; todas a tenor de los hallazgos de muralla bajo los edificios colindantes. En efecto, las excavaciones arqueológicas practicadas desde los años sesenta hasta la actualidad han demostrado este trazado llegando a fechar su construcción en el siglo XII. Asimismo, es factible pensar que el acceso a este espacio de poder se hacía a través del pequeño callejón que hay frente a la capilla de Junterones y junto a la Escuela de Danza, y que hasta el siglo XVIII se llamó Arco de la Placeta de Gracia. Respecto a su frente meridional, a juzgar por los datos que ofrece el Sello del Concejo de 1374, parece que el alcázar estaba torreado y significativamente fortificado.
El Sello del Concejo de 1374 muestra, además, elementos del alcázar andalusí muy significativos tales como la Torre de Caramajul. Además de esta imponente torre, el alcázar debió albergar mansiones palaciegas, de notables dimensiones y dotadas de abastecimiento de agua, a juzgar por los restos arqueológicos hallados en las obras de la Consejería de Hacienda y restauración de la aneja iglesia de San Juan de Dios. Como se puede apreciar en el sello y gracias, también, a ciertos datos extraídos de la documentación del siglo XIII, consta que el alcázar contaban con una noria, molinos y, muy probablemente, una huerta para su abastecimiento sito en el actual barrio de San Juan.
Por último, se cree que en lugar de la iglesia de San Juan de Dios debió haber una mezquita para los residentes del recinto.
Antonio Vicente Frey Sánchez