La Dolorosa es la mejor expresión de dolor materno de la producción de Salzillo. Así al menos es definida por expertos en su obra. Además, en Murcia es una de las imágenes más populares de Salzillo y objeto de inspiración literaria local.
La Dolorosa destaca por su rostro. En él se observan unas lágrimas que destacan sobre la tez sonrosada de sus mejillas. Sentimiento de amargura, así como la sumisión a su destino, tal y como muestran sus brazos abiertos y su mirada desconsolada dirigida al cielo.
La Virgen de los Dolores es un poema de dolor. De dolor inmenso, sobrehumano, supremo e infinito. Representa el dolor de los dolores, el dolor que debió sentir al pie de la cruz la madre del Redentor. Así lo expresa
En aquellos dulcísimos ojos parece encontrarse la fuente de todas las lágrimas, en aquellos labios entreabiertos parece que se ve nacer el primer sollozo y el primer suspiro que hace diecinueve siglos las generaciones repiten de eco en eco y que repetirán siempre, mientras quede un resto de la creación y un átomo de la humanidad. "Cristóbal Belda"
En la talla de Salzillo, a los pies de la Virgen, colocados en los ángulos del trono procesional, hay cuatro angelitos que son reproducciones del natural avaladas por una técnica escultórica habitual en Salzillo para los temas infantiles.
La historia de cómo Salzillo hizo la Dolorosa
Salzillo utilizo el retrato de su hermana como modelo para realizar la talla de la Virgen. Pero la inspiración de Salzillo en su hermana va más allá del rostro, apuntando directamente a los sentimientos y emociones. En el libro Salcillo. Su arte y su obra se narra la historia de cómo Salzillo se inspiró en el rostro de su hermana: (¿) un día en medio de sus ensayos y vacilaciones, se le ocurrió una idea, idea de artista que a pesar de lo extraordinaria y arriesgada, puso inmediatamente en ejecución. Su hermana era madre: su hermana adoraba a su hijo con ese cariño que sólo se concibe dentro del sentimiento maternal; el escultor robó aquel niño, ocultó cuidadosamente su paradero, esparció sobre su desaparición siniestros rumores, y el día que la ansiedad y la amargura de la madre llegaban a su colmo, el día que su existencia parecía romperse bajo el peso de tanto dolor, Salzillo la llevó a su estudio , copió aquella desolada figura, prestóle algo de su inspiración divina (¿).
El encargo de la Cofradía de Jesús
La cofradía de Jesús encargó a Salzillo la talla un año después de entregar a la misma Cofradía la imagen de La Oración en el Huerto. En esta ocasión Salzillo tuvo el encargo de una imagen de vestir de la Dolorosa para el cortejo del viernes santo. Dicho encargo venía a sustituir a una antigua Soledad, imagen de cartón de 1622, presente en la historia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno desde los primeros años de su existencia, por una imagen de vestir. Además de la renovación iconográfica que supuso la nueva talla con respecto a la Soledad -puesto que variaba el instante representado-, la nueva talla incluía un cambio en la propia imagen de la Virgen. Además, Salzillo eligió un modelo de vestir más apropiado para la procesión.
Valor artístico
La riqueza cromática del espacio destinado a albergar la talla era una condición exigida a la hora de abordar las matizaciones de color de la talla. Así, destaca la nitidez con que el color deja ver los perfiles, a la vez que marca la profundidad de la talla.
En la imagen de la Virgen realizada para la cofradía de Jesús, el carácter procesional de la talla obligó al escultor a prestar especial importancia a la forma de vestir, tradición muy española y en la que Salzillo mostró una gran maestría, consiguiendo en sus obras una gran teatralidad, a la vez que un gran realismo. Efectivamente, la vestimenta es un instrumento que acrecienta el realismo en la escultura y vincula la santidad del prototipo a modelos próximos al espectador.
Tal y como indica el especialista en Salzillo Cristóbal Belda esta obra está concebida como final de un cortejo, en el que se habían representado otros instantes de la pasión. De ahí la grandeza y emotividad de elegir una imagen tan expresiva en soledad. Así, la idea conmovedora de su soledad y abatimiento quedan perfectamente logradas por medio de la postura, del gesto y de la disposición de la figura.
Con respecto a su ajuar, cabe decir que destaca el excepcional manto de terciopelo bordado en plata, que viste en la actualidad la Dolorosa. Pero con anterioridad, el mismo Salzillo vistió a la Dolorosa con manto y túnica similar al que próximamente completará su ajuar. Los Talleres Garín están elaborando manualmente el que será nuevo manto de la Virgen, y que respetará el diseño original de Salzillo, guarnecido con cenefas de bolillo ejecutadas en plata. Así con las mismas técnicas se recupera un ajuar que irremediablemente por el paso del tiempo se ha ido deteriorando.