Al contrario de épocas posteriores, como el mundo romano, el islámico o el actual, las tumbas ibéricas son anónimas. No sabemos a quién perteneció ni quién estuvo enterrado allí. Sin embargo, gracias al estudio de los ajuares que se excavan en las tumbas se pueden extraer infinidad de conocimientos sobre la estructura y actividad de la sociedad ibérica como son el comercio, la economía, la política o la religión. No existe una norma fija en cuanto a la disposición del ajuar; puede estar dentro de la fosa, total o parcialmente; podía ser colocado dentro de la urna cineraria junto a las cenizas del muerto. En ocasiones se quemaba en la pira junto al cadáver, en otras el ajuar se colocaba en la tumba, una vez depositadas las cenizas.
Las armas
Uno de los elementos característicos del mundo ibérico son las armas. En el mundo ibérico existió una élite guerrera al servicio de un jefe, que dispondría de un séquito. No quiere decir esto que su única actividad fuera la guerrera pues, en ocasiones, junto con las armas aparecen otros utensilios que los vinculan a tareas productivas al servicio de la comunidad. Las armas que se encuentran en los ajuares responden a un repertorio muy amplio: falcatas, lanzas, soliferrea, escudos, cuchillos y, en contadas ocasiones, otros elementos de prestigio como cascos, grebas, arreos de caballo, carros o armas de importación.
Las herramientas
En los ajuares de las tumbas ibéricas se documentan también una gran variedad de instrumentos, que vinculan al incinerado con un oficio determinado. Por ejemplo, aparece todo una gama de útiles y herramientas empleadas en las labores agrícolas o ganaderas, como las tijeras de esquilar el ganado, podones, rejas de arado, chiflas para curtir pieles..., etc. En definitiva, todo un conjunto de herramientas de hierro, utilizadas en la agricultura y la ganadería, las ocupaciones más comunes de la sociedad ibérica.
Objetos de adorno
En la mayor parte de las tumbas femeninas se encuentra un variado repertorio de objetos de adorno, vasitos de tocador, fusayolas utilizadas en el proceso del hilado. Asociadas a estos elementos femeninos suelen aparecer plaquitas de hueso, decoradas con perforaciones e incisiones, pero de las que se desconoce su función. La industria textil, eminentemente femenina, tuvo gran importancia en la sociedad ibérica; nunca fue considerada un oficio, por el contrario, existían talleres unifamiliares situadas en la entrada de la vivienda, que era la zona con más luz de la casa. Junto a las fusayolas aparecen otros objetos vinculados a la industria textil, como las pesas de telar o agujas de bronce o hueso. No siempre los objetos de adorno están vinculados a tumbas femeninas; en algunas tumbas de guerreros aparecen objetos como pendientes de oro, anillos e incluso pinzas de depilar.
La cerámica
Es el objeto más frecuente en las tumbas ibéricas. La cerámica en el mundo ibérico presenta un gran repertorio de formas, tamaños, pastas, acabados de la superficie y decoraciones. En la mayoría de los ajuares aparecen cerámicas, en ocasiones éstas albergan las cenizas del muerto. Dependiendo de la riqueza del ajuar se documentan cerámicas de importación de origen griego (figuras rojas, barniz negro) o fenicio.