Son diversos los parajes de esta pedanía, a lo largo de los cuales se establecen distintas fincas y cultivos, Cabezo negro, Recuenco, Cabezo Muñoz, Los Alamicos o Calentín son algunos de ellos.
Los suelos que circundan el territorio de la pedanía de La Majada son áridos, con abundancia de margas y arcillas. Los cultivos de secano e invernadero que se extienden por la zona subsisten gracias a meticulosos sistemas de riego por goteo que intentan rentabilizar al máximo los escasos recursos hídricos del subsuelo.
Esta pedanía ha sido considerada siempre la más "verde" del campo de Mazarrón, por sus numerosos cultivos de frutales agrios, como el limonero y el naranjo, posiblemente porque el nivel de salinidad de los acuíferos de los parajes de La Majada no es tan elevado como en otras pedanías mazarroneras, hecho que acorta sensiblemente la vida productiva de estos árboles.
Las especies de flora de estos parajes, debido a la escasez de suelos profundos, son típicamente mediterráneas. Matorral, abundancia de palmito y cornical, sobre todo en la Sierra de las Moreras, lentisco, coscoja, bayón, bolina, rascamoños, arto y algarrobos son las especies más abundantes en la zona. Especies duras y coriáceas, muy adaptadas a la aridez del terreno.
El bayon, por ejemplo, Osyris cuadripartita, crece en zonas cálidas y desprovistas de heladas, situación climatológica que se da en La Majada. Este arbusto es único en nuestra Península dentro de Europa, pudiéndose encontrar tan solo en Baleares, zonas concretas de Valencia, Andalucía y Murcia y el sur de Portugal.
Las zonas de rambla, una de las cuales atraviesa La Majada, se ven provistas de adelfas y tarays, estos últimos propios de suelos limosos y salinos, y cuya madera fue siempre muy apreciada para hacer maromas y radios para las norias, construcción abundante en La Majada que permitía distribuir el agua de sus numerosos pozos de agua.
La fauna que habita estos parajes de La Majada se concentra, sobre todo, en las zonas de serranía, pues las zonas llanas de campo no poseen especies a destacar excepto liebres y conejos que han mantenido cierta afición a la caza de los lugareños pero que, hoy día no, aparecen en número reseñable.
La Sierra de las Moreras, sin embargo, como espacio protegido da cobijo a un importante números de águilas perdiceras. El resto de las especies de la comarca son las habituales de la zona mediterránea, chova pequirroja, perdiz roja, collaba negra, curruca rabilarga y cogujada montesina, así como reptiles como el lagarto ocelado o, el más reseñable, la tortuga mora.
Se deben destacar también, puesto que La Majada posee una rambla que atraviesa su territorio, la facilidad con la que especies como abejarucos y grajillas, aves gregarias que, especialmente en el caso de las primeras, suelen horadar sus nidos en los márgenes arcillosos de ríos o ramblas.