Casas argáricas
La vivienda argárica era lugar de residencia y trabajo, ya que en su interior se realizaban numerosas actividades cotidianas, de producción de alimentos, elaboración de piezas de metal y cerámicas, así como de material textil en los telares. Debido a esta funcionalidad, los hogares argáricos podían disponer de varias estancias orientadas a desarrollar distintas tareas de la vida doméstica.
Las estancias de la vivienda argárica
Algunas de las viviendas de La Bastida se encuentran divididas en dos habitaciones. La más cercana a la entrada ocuparía tres cuartas partes de la superficie total y sería empleada para los trabajos, que necesitaban abundante luz, como el telar, la molienda del cereal con molinos de mano y las labores con elementos de metal y cerámica, aunque también era habitual realizar estas actividades en el exterior de la vivienda. Además, en esta primera zona de la casa se encontraba el hogar, en el que se cocinaban los alimentos y, probablemente, aderezada con ramajes y esteras de pieles para resultar más confortable, se ubicaría un área para el descanso.
La segunda habitación de la vivienda, la de menor tamaño, tenía la probable función de las actuales despensas, ya que en ella se almacenaba el cereal que constituía el principal aporte alimenticio de la sociedad argárica. Este almacenamiento se realizaba en grandes tinajas de cerámica, algunas de ellas incluso introducidas en huecos abiertos en el suelo. Las habitaciones para el almacenaje han aportado a las investigaciones numerosos datos acerca de la dieta básica, que seguían los habitantes de poblados de la cultura de El Argar.