Lo quieto, lo aparentemente inerme, se estremece,despierta de su letargo. La energía almacenada en troncos, raíces y bulbos se transforma en materia y movimiento, onda y corpúsculo.
Brotan las hojas y las flores de las acalladas yemas invernales. Emerge la energía telúrica y se expande un universo regenerado.
Fluye el agua
Corre alegre y cantarina el agua del deshielo en la montaña por arroyos y ramblas y con su suave rumor va despertando a su paso a los dormidos, o quién sabe si encantados, semovientes.
Rompe el silencio
Los primeros insectos voladores hacen su aparición, las tempranas y laboriosas abejas rasgan con su zumbido el velo del invernal silencio y los pajarillos trinan alegres la paulatina llegada del imperio del sol, el renacer de la vida.