A la hora de comprar electrodomésticos, es muy importante tener en cuenta la etiqueta energética, que permite conocer de forma rápida su eficiencia energética. Los electrodomésticos que en la actualidad tienen etiquetado energético son frigoríficos, congeladores, lavadoras, lavavajillas, secadoras y hornos eléctricos, así como las fuentes de luz.

Existen siete niveles de eficiencia, identificadas por un código de colores y letras que van desde el color verde y la letra A para los equipos más eficientes, pasando por el amarillo, hasta el rojo y la G para los menos eficientes. El consumo de energía para prestaciones similares puede llegar a ser casi tres veces mayor en los electrodomésticos de clase G que en los de A.

Pero no todos estos aparatos tienen este tipo de etiqueta. Otros factores importantes que hay que tener presentes son:

• El tamaño es importante. Por ejemplo, el consumo de un frigorífico aumenta unos 120 kwh/año por cada 100 litros de capacidad.

• Pequeños pero potentes. La potencia eléctrica de una plancha, un secador de pelo o una tostadora puede ser cinco veces mayor que la de un frigorífico.

• Atención a las mejoras tecnológicas. Existen en el mercado modelos con programas económicos capaces de ahorrar una gran cantidad de agua y energía.