Flora
Históricamente, la fertilidad de los suelos de El Albujón permitió que toda la zona fuera un vergel de bosques, y cultivos de cereales y árboles frutales. Descripciones del siglo XVIII a cargo de botánicos de Murcia, de paso por el Campo de Cartagena, así lo atestiguan.
Sin embargo existen dos épocas históricas en las que la vegetación de El Albujón se vio sometida a grandes daños por parte del ser humano, dos épocas en las que la construcción de barcos y la aparición de las grandes industrias dio al traste con siglos de vegetación autóctona del Campo de Cartagena: Época Romana y Siglos XVIII y XIX.
En la época medieval, debido a la despoblación de la zona, se conservó la vegetación que aún quedaba autóctona en la zona y que consistía en abundante monte bajo, predominio de especies como la coscoja, el esparto, algarrobos, cañas y espinos negros.
En los bosques primaban especies como el lentisco, la coscoja, el acebuche, la sabina, la carrasca y el pino, pero desgraciadamente la acción del ser humano debilitó estas especies y finalmente desaparecieron de la zona.
En las cercanías de la rambla crecen, baladres y tarais, y las praderas están ocupadas por collejones, margaritas, corrihuela, vinagrillos, alaboles, jaramagos, trigueras, cardos borriqueros, etc.
Fauna
Parte de la fauna histórica del Campo de Cartagena viene dada en el libro de monterías de Alfonso XI, de la primera mitad del siglo XIV y donde destaca la presencia de venados, encebras (asno salvaje), corzos, lobos, gamos, perdices, francolines, conejos, y palomas torcaces.
En la actualidad la mayoría de estos animales ya no se encuentran en el Campo de Cartagena, la acción del ser humano ha sido demasiado dura para posibilitar su existencia. En cambio, en El Albujón se pueden admirar algunas garzas y gaviotas debido a los embalses y al canal del trasvase Tajo-Segura.
También son habituales en el término liebres, perdices, erizos, pito real, lagartija ibérica, estornino negro, mirto común, abubillas, codornices, mochuelo común, culebra de herradura, y una larga lista de pequeñas aves y anfibios que viven cerca de las ramblas y de los canales del trasvase.