Se trata de uno de los políticos más destacados del siglo XVIII español. Nace en Murcia el 21 de octubre de 1728. Comienza sus estudios en el Seminario de San Fulgencio y de ahí pasa a la Universidad de Orihuela y en aquella Universidad completa su formación en Leyes.
En 1748 es recibido como abogado por el Consejo de Castilla y más tarde accede a fiscal de este Consejo. Como tal, Moñino actúa en Cuenca en una causa contra los jesuitas, le que le proporciona la atención del rey Carlos III. En esta época José Moñino recibe el titulo de Conde de Floridablanca.
En 1772, Carlos III le nombra Embajador en Roma, ante el papa Clemente XIV. Consigue el Breve de Extinción de la Compañía de Jesús y es entonces cuando Carlos III le concede el título de Conde.
Permanece como tal embajador en Roma hasta 1777. Cuando regresa a España lo hace ya como Ministro de Estado. Una de sus primeras consecuencias de Floridablanca como Ministro es la Paz de Versalles, que da fin a la guerra contra Inglaterra.
En 1788, tras la muerte de Carlos III, y ya bajo el reinado de Carlos IV, Floridablanca permanece como primer Secretario de Estado.
En 1792 es depuesto de su cargo de Primer Ministro, sale de la Corte y se refugia en Hellín. Es apresado y conducido a la ciudadela de Pamplona. En 1794 es puesto en libertad y puede venir a Murcia. Fernando VII levanta la confinación del Conde. Don José Moñino muere en diciembre de 1808.
Entre los logros de Floridablanca está la creación del Observatorio Astronómico, consiguió que la isla de Menorca volviera a la corona de España, intentó la reconquista de Gibraltar, las Obras Públicas, bajo su gobierno, renacieron sobre todo en lo referido a Agricultura y las Bellas Artes renacen y se dignifican. Recibió el Toisón de Oro.
El barrio del Carmen, al sur de la ciudad de Murcia, cruzando el rio Segura, es un recuerdo casi todo él a la figura del conde de Floridablanca, con su jardin dedicado a este en el cual se encuentra una estatua en memoria de tan insigne político murciano.