Arquitectónicamente se trata de un templo de cruz latina, compuesto por tres naves y capillas laterales construidas a lo largo de toda la planta del templo.
El número de tramos desde el crucero a los pies es de cinco, de los que tres están ocupados en la nave central por el Coro (y el órgano), que se ubica en la posición tradicional de las catedrales españolas, es decir, a partir del tramo siguiente a los pilares torales del crucero. El número de capillas laterales es de cinco a cada lado, aunque inicialmente sólo fueron cuatro, hasta el siglo XVI, que es cuando se amplió la longitud de las naves, con la equivalencia de un módulo más en los pies, a fin de crear un espacio mayor entre el viejo trascoro y la fachada iniciada en el segundo cuarto de dicho siglo.
La girola se organiza en diez módulos de perímetro poligonal exterior, más dos tramos rectos; los módulos trapeciales externos de la girola se dividen en dos a efectos de formación de capillas.Aquellos paramentos en la dobladura de los muros permitió originariamente la aparición binaria de capillas en la girola, por lo que todas las que no se atienen a este esquema de dos fachadas en prolongación recta sin correspondencia con el desdoblado posterior en dos capillas (las del Corpus, la de los Vélez y la de los Medios Racioneros), corresponden a modificaciones realizadas sobre el esquema básico del templo primitivo.
La cubrición de la nave central se hizo con bóvedas nervadas hexapartitas sobre arcos torales poco apuntados, excepto las del crucero y capilla mayor que son estrelladas, mientras que las de las naves laterales más antiguas son igualmente hexapartitas con nervios combados, con un resultado en zig-zag por descuido en el planteo de los pilares, o porque previsiblemente estaba proyectado otro tipo de nervaduras, como podría deducirse de los jarjamientos de los nervios verticales sobre los plementos de las bóvedas.
Además existen una serie de edificaciones anejas, que se fueron añadiendo en diferentes etapas, a lo largo del tiempo. Es la suma de todas estas construcciones en distintos estilos artísticos lo que verdaderamente enriquece el conjunto catedralicio, resultando una ventana a un largo periodo de la historia del arte en Europa (s. XIV-XVIII).
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