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Revista ENZA número 12 de L'Ajuntaera

Revista ENZA número 12 de L'Ajuntaera

Características morfológicas

• A las primeras pers. del pl. del pres. y del pret. perf. simple de indic. en los verbos de la 1.ª conj., se las distingue haciendo -emos la desinencia del pret. perf. simple, en vez de -amos, y así se dice "cuando lleguemos" por "cuando llegamos". Tal vez este fenómeno obedezca a una causa etimológica, pues del latín plica(v)imus debe resultar lleguemos.

• La 2.ª pers. del sing. del pret. perf. simple de todos los verbos y la misma del imperativo de ir, llevan siempre -s desinencial: cantastes, corristes, reistes, ves (ve), veste (vete), etc.

• En el verbo ir, como ocurre en el verbo ser, se convierte en ju- la raíz fu- del pretérito; y en ver (id) y veros (idos) de la 2.ª pers. del pl. del imperativo. Anteponiendo a estas formas la correspondiente del verbo andar, se origina el imperativo compuesto andaver y andaveros. No se emplea en los tiempos de pretérito el tema anduv-, así se dice siempre andé, andara y andase en vez de anduve, anduviera y anduviese.

• Por analogía con "caiga" y "traiga", el vulgo dice haiga, pero en las zonas rurales se emplea la forma haya, y, analógicamente, dicen caya, traya y oya (oiga).

• Están aún en uso las formas arcaicas truje, trujo, vide, vido, llevall, traella, decillo, etc.

- Partes invariables:

Preposición:

"Desde" (del latín de-ex-de) equivale en murciano a las formas inde, dende y dinde, procedentes las tres del latín inde y de inde; "hacia" (del latín facie ad) se expresa por inda e incia, derivadas igualmente del latín inde ad; "hasta" (del árabe hatta) se traduce por las formas inda, dica, diquia, disca, disquia, hista, dista y dasta, procedente la primera también de inde ad, y las otras originadas del latín de hic ad, con influencia del "hasta" castellano en las tres últimas formas. Las demás preposiciones carecen de equivalencia en murciano, salvo pa (para) y po (por).

Adverbio:

-De lugar: ande (donde), alreor (alrededor), en comedio (en medio), forana (fuera), ezaga (detrás).
-De tiempo: mañá (mañana); agora, abora, agoa y aboa (ahora); aguá mesmo (ahora mismo); alluego y lluego (luego); impués (después); aína (pronto); llosco y llosquico (entre dos luces); mentres (mientras); tanimentres y tanimientras (mientras tanto); tavía (todavía).
-De modo: asín y asina (así); a bonico (en voz baja); a puriquiamente (escasamente); mesmamente (igual); en cueretes y en cuereticos (en cueros); en pañicos (en paños menores); en buti (abundantemente); a coscaletas (a cuestas); a orri (en orre); y otros por el estilo.
-De cantidad: mu (muy), que suele emplearse en su forma íntegra y decirse "muncho bueno" (muy bueno), "muncho alto" (muy alto), etc.
-De afirmación y negación: tamién (también), enjamás de los jamases (nunca en absoluto).

Conjugación e interjección:

Hay algunas muy características, como poique (porque), manque y anque (aunque), sinos (sino), pos (pues); ¡até!, ¡aojalá!, ¡contre!, ¡colla!, ¡hale!, ¡junema!, ¡leñe!, ¡pijota!, ¡osaes!, ¡oa!

*En murciano, hay una gran variedad de sufijos diminutivos, pues se suele abusar de las voces diminutivas y hasta de los diminutivos de diminutivos. No denotan generalmente la idea de pequeñez, sino la de cariño, como la ingénita y franciscana propensión de los murcianos a hallar amables hasta las cosas inanimadas. El más frecuente y típico de todos es el formado con el sufijo -ico, -ica, que en el lenguaje rústico se convierte en -iquio, -iquia.