Arquitectura
Para entender la variedad de formas y estilos de la Iglesia de Santiago debemos tener en cuenta las distintas fases en la que fue construida, desde la primera etapa de la nave central, la posterior construcción del crucero y la cabecera, hasta las últimas adendas decimonónicas.
Interior arquitectónico
La nave central se compone de cuatro tramos de bóveda de crucería sobre ocho pilares compuestos de capitel corrido. Los nervios de esta bóveda quedan especialmente marcados en la zona de unión, donde crean escudetes o sellos policromados que representan escenas sagradas y santos. Teniendo en cuenta la época y la historia de las comarcas de Murcia nos atrevemos a decir que la inspiración de esta decoración puede tildarse de mudejarista, colores y formas que rayan con lo fantástico.
La cabecera de la iglesia, ámbito del Altar Mayor y por lo tanto elemento indispensable en el oficio de la liturgia, es trilobulada y respeta, en cuanto a proporciones se refiere, la anterior fábrica gótica. La cúpula central y el crucero que se abre a los lados del altar, descansan sobre unas medias cúpulas acanaladas que recuerdan de inmediato a la venera de los peregrinos, a la conocida concha de Santiago.
El retablo dedicado a Santiago es obra de los Hermanos Ayala. Aunque sufrió los avatares de la Guerra Civil conserva buena parte de sus esculturas, destacando la de su titular que se representa con la conocida iconografía de "Santiago Matamoros" en directa alusión al proceso de reconquista cristiana del territorio peninsular. El conjunto de este retablo es una gran muestra de las características de esta gran labor de artesanía de la madera y el dorado, policromías tradicionales y estofas en oro fino.
El coro es de maderas nobles, nogal y naranjo, a lo largo de cincuenta y ocho asientos. En un ángulo superior, en el noroeste, todavía podemos apreciar el mueble del órgano de tubos del siglo XVIII, instrumento que espera su pronta restauración.
El espacio del crucero, que se define manierista, es amplio y sencillo en sus líneas. Los muros aparecen lisos, sin ornamentación. A los pilares góticos se oponen las columnas estriadas de capitel jónico sin crear excesivo contraste.
La capilla vieja debió ubicarse a la izquierda del Altar Mayor, no se conserva tal y como debió ser en el XVI puesto que más adelante se ocuparía este espacio para la construcción de la torre. Su antiguo trazado se atribuye al vizcaíno Julián de Alamíquez, si bien lo único que se sabe con certeza es que trabajó como maestro cantero en esta obra. Actualmente alberga el Museo del Santo Sepulcro donde se exhiben imágenes procesionales.
Exterior arquitectónico
Al exterior esta ampliación queda marcada por las amplias pilastras de capitel compuesto, un frontón y arcos de medio punto con ventanales cuarteados, referencias clásicas muy propias del neoclasicismo y constantes en las obras arquitectónicas de Alonso.
La puerta del lado sur es de marcado aire renacentista. Con una traza que se denomina de arco de triunfo, arco de medio punto sobre columnas, se suele señalar su parecido con las líneas de la Colegiata de Lorca. La puerta está flanqueada con hornacinas decoradas a modo de concha, y dos medallones con los bustos de San Pedro y San Pablo ornamentan la parte superior del arco.