El conjunto de Coimbra del Barranco Ancho integra tres Necrópolis y un Santuario:
La Necrópolis del Barranco consta de sepulturas de pequeño encachado cuadrangular de piedras. Entre sus materiales cabe destacar: cerámica ibérica con decoración geométrica, cerámica ática de figuras rojas y de barniz negro, cerámica ibérica amarilla, así como fíbulas de la Téne I y anulares hispánicas.
La Necrópolis de la Senda donde existe un único nivel de enterramiento debido al corto periodo de tiempo en que es utilizada (primera mitad del s IV a. IC.). Hasta el presente, se han exhumado cuarenta y siete sepulturas.
Las excavaciones arqueológicas realizadas en la necrópolis del Poblado han proporcionado, hasta la actualidad, cien sepulturas de incineración ibéricas, asentadas sobre niveles anteriores correspondientes a estructuras de habitat del Bronce final. El marco cronológica de la necrópolis abarca, desde el s. IV a. C. hasta principios del s. II a . C. Destaca por su importancia, El Pilar estela de los jinetes Ibérico, (el Cipo funerario de los Jinetes) decorado en sus cuatro caras.
La estructura de las tumbas va desde los simples nichos ovales sin ningún tipo de protección de piedras, hasta las grandes sepulturas de encachado tumular, con o sin escalones; si bien las mas comunes son las que presentan encachado de piedra entre uno y dos metros de lado. Entre las tumbas de la necrópolis del Poblado destaca la tumba 70, de carácter principesco, por su extraordinario ajuar y su estructura monumental (pilar-estela completo, que incluye el pilar con relieves escultóricos en sus cuatro caras).
El Santuario que fue descubierto de forma casual en 1979. En él sólo se han realizado prospecciones superficiales y, la fuerte erosión sufrida, explicaría el alto grado de fragmentación de los resto cerámicos y las escasas posibilidades de que una nueva excavación proporcione mejores resultados. Estos fragmentos corresponden, en su mayor parte, a terracotas de pebeteros ibéricos en forma de cabezas femeninas, procedentes de favisas o de algún vertedero, donde en la actualidad se conservan muy escasos restos de construcciones de piedra y barro.
El lote de materiales recogidos se compone de un buen número de fragmentos de vasos y platos de cerámica ibérica fina, varios de los cuales conservan restos de decoración geométrica pintada de rojo, así como pequeños objetos de oro y plata (mascarillas, colgantes, etc.).