El Molino de Quintín se emplaza en el Municipio de San Pedro del Pinatar, concretamente en el Paseo Marítimo que linda con las charcas del Parque Regional de las Salinas, lugar famoso internacionalmente por los "baños de lodo".
Se encuentra en buen estado de conservación, lo que facilita imaginar cómo debieron ser estos molinos que se construían en las cercanías de salinas y eran empleados para moler la sal y elevar el agua a las piscinas.
El Molino de Quintín sigue el esquema general de este tipo de construcciones. Es de cuerpo tronco-cónico, revestido con mortero de cal y arena, que conserva casi en su totalidad, salvo algún pequeño desperfecto, el chapitel que lo cubría y la estructura de madera de las velas.
Presenta a lo largo del cuerpo una serie de ventanas, con contraventana de madera en azul, en la cara frontal la puerta de ingreso a la maquinaria, también en madera de color azul, y a ambos lados, las norias de madera.
Los molinos, en general, constan de una serie de engranajes de madera y hierro que transmiten la energía que generan las velas, movidas por el viento, hasta poder mover las muelas, que en el caso de los molinos salineros se aprovecha para triturar la sal o para elevar el agua del Mar Menor a las piscinas de evaporación.
Este molino de Quintín conserva todo ese engranaje, mecanismo que llama la atención de los numerosos paseantes. La introducción de sistemas modernos, en el trabajo del tratamiento de la sal, hizo que se abandonaran estos antiguos sistemas, quedando hoy únicamente como reclamo turístico.