Tras pasar el municipio de Bullas seguimos el curso del río Mula hacia el Norte hasta llegar, tras una sinuosa carretera, al conocido Salto del Usero, donde una pequeña catarata junto con dos o tres pozas forman un conjunto natural excepcional, donde es habitual en los meses de estío encontrarse visitantes que aprovechan el frescor de sus agua para bañarse.
Siguiendo el camino río abajo, a poco más de 100 metros, nos encontramos con un viejo molino harinero conocido como el Molino de Arriba.
Se tiene documentación sobre la existencia del molino en 1684 y está asentado sobre parte de un yacimiento islámico.
Es otro ejemplo más de puesta en valor y rentabilidad de un bien inmueble manteniendo su valor etnográfico.
En las tierras de municipio ha sido corriente el cultivo de cereal, simplemente se puede intuir al mirar cualquier mapa y ver los molinos que aún quedan en pie.
No hay ninguno que quede activo más que el conocido como Molino de Felipe, río abajo, pero varios de ellos han perdurado, ya sea en estado de ruina o convertidos en albergues o casas rurales. En estos últimos aún podemos contar con una buena explicación sobre su funcionamiento, sus partes o su historia, siendo éste el caso que nos ocupa.