Se trata del parque formado en torno a los restos del Castillo de la Concepción, que recibió el nombre del alcalde, Alfonso Torres; incluía un pequeño estanque con patos, cosa que llamó mucho la atención a los cartageneros, que dieron en llamar al lugar Castillo de los Patos.
A partir de 1965 y hasta 1983, se producen nuevas intervenciones que tratan de restaurar el parque, el cual había quedado bastante abandonado, y completarlo con nuevas construcciones. En estos años se construyen el auditorio, la cafetería y se comienza a restaurar la torre del homenaje.
Durante los años ochenta el parque sufrió un alarmante deterioro, reflejo de la profunda decadencia de su entorno urbano. De esta situación, salió tras las importantes obras de restauración efectuadas en los años 1993 y 1994, que sanearon los restos mejor conservados (pérgolas, paseos, estanque) y rescataron algunas estructuras ocultas de la fortaleza, mientras se restauraban las ya visibles.
Así mismo, los murales pintados sobre azulejos, obra de los pintores cartageneros Luzzy y Navarro, fueron restaurados por el hijo de este último, el pintor Carretero. Estos murales están situados en el paseo con pérgola que va desde la plaza del mirador hasta el estanque de los patos. Como consecuencia de esta remodelación, se recupera el acceso original a la torre del homenaje, demoliéndose la gran escalinata levantada por Beltrí.