Moratalla es un municipio de más de 8.100 habitantes (según el padrón del INE de 2015) perteneciente a la Comarca del Noroeste. Limita al norte y oeste con la provincia de Albacete; al este con el término municipal de Calasparra; y al sur con los de Caravaca de la Cruz y Cehegín. Su paisaje se caracteriza por las características de transición, tanto climática como topográfica, entre la Murcia huertana y la montañosa; de ahí la peculiaridad que su relieve, clima, red hidrográfica, suelos y vegetación presentan. Una transformación en la que el agua, en sus distintas manifestaciones, siempre esboza los más bellos paisajes.
La historia moratallera deja ver en su interior más de 10.000 años de vida, cultura, manifestaciones artísticas, batallas e intentos de industrialización. Un municipio que contiene algunas de las más hermosas pinturas rupestres de la Región de Murcia y que fue desolado por los cruentos enfrentamientos medievales. Un territorio que intenta salir del aislamiento en el que, debido a las carencias en las comunicaciones, ha estado inmerso durante buena parte de su historia.
Moratalla cuenta con un impresionante patrimonio que muestra su evolución histórica, desde sus raíces íberas más remotas, a la dominación árabe y el posterior predominio cristiano, hasta llegar a la actualidad. Merecen ser destacados el castillo-fortaleza de su núcleo urbano, del siglo IX, con su Torre del Homenaje; los yacimientos arqueológicos de los Castillicos y los Molinicos; y las Casas Señoriales e iglesias de su casco antiguo.
Entre sus fiestas destaca la Semana Santa, sinónimo en esta localidad de Fiesta del Tambor. Jueves, Viernes Santo y Domingo de Resurrección los tambores se convierten en la banda sonora de la ciudad. También merece mención la Fiesta del Santísimo Cristo del Rayo.
Su economía es eminentemente agrícola, con el cultivo de oliva, almendra y albaricoque. En los últimos años, como muchos municipios de la zona, ha comenzado a explotar el turismo cultural y rural.