Aunque la población actual de Calabardina se aproxima a los quinientos habitantes, esta villa costera no ha sido históricamente un núcleo de población importante. Por los datos de Jaime Robles Mayor, natural de la villa, a principios del siglo XX apenas superarían el número de veinte las viviendas de Calabardina, lo que arrojaría una población que, quizá, no llegara al centenar de vecinos, siendo algunas de las casas residencia de pescadores. Algunas casas de Calabardina pertenecían a los dueños de la almadraba, que las cedían a sus trabajadores y otras eran propiedad de la familia de 'Los Marines', dueños de la finca que incluía Cabo Cope.
Un pueblo pequeño de pescadores dedicados al antiguo arte de la almadraba, técnica bautizada por los árabes, aunque conocida ya por los fenicios. Un procedimiento de pesca, que consiste en salir a la mar en barcos preparados con aparejos de redes, para cercar al pescado, generalmente túnidos, que llegan a desovar al Mediterráneo desde las aguas frías del Atlántico. En esta Almadraba de Calabardina se preparaban también salazones, acudiendo a su playa compradores desde Águilas y Mazarrón, lo que da una idea de la gran actividad que tenía durante la temporada alta de pesca.
El desarrollo económico de Águilas a partir de los años 60' dio a lugares como Calabardina, que por aquellos años ya no presentaba una actividad pesquera relevante, la oportunidad de reconvertir la villa en un lugar residencial y turístico, aprovechando sus playas vírgenes, las rutas verdes que la bordean y sus atractivas zonas de buceo.