José Martínez Tornel, Patiño (Murcia), 5 de septiembre de 1845 - Murcia, 11 de mayo de 1916
José Obdulio Martínez Tornel nació el 5 de septiembre de 1845 en una humilde casa de labradores cercana a la Ermita de Patiño. Al día siguiente fue bautizado en la Iglesia de Santa María de Murcia por el sacerdote Ángel Alama. Siendo un niño se trasladó a Murcia, donde quedó a cargo de su abuelo paterno que poseía un pequeño negocio junto a la iglesia de San Nicolás. Ingresó primero en la Inclusa y más tarde comenzó los estudios de Teología y Humanidades en el Seminario de San Fulgencio. El ambiente cultural que allí se respiraba le influyó de tal modo que decidió apartarse de la carrera eclesiástica. Marchó a estudiar la carrera de Derecho a Madrid, aunque después de una enfermedad y, a requerimiento de su madre, decidió regresar a Murcia.
Su primer contacto con el periodismo se produjo en 1862, cuando nuestro protagonista apenas tenía 17 años. En 1858 había nacido La Paz, el primer diario importante que apareció en la ciudad de Murcia. Su director, Rafael Almazán, que recibía los versos de los escritores noveles, publicó unas décimas que Martínez Tornel había dedicado a la muerte del duque de Rivas. A mediados de la década de los sesenta comenzó a frecuentar los círculos culturales de la ciudad. Ya entonces se había manifestado su afición por la poesía y poco después comenzó a mostrar interés por la literatura y el periodismo. Cuando Martínez Tornel acababa de cumplir los 23 años se produjo la Revolución de 1868. Las ideas democráticas que surgieron tras el cambio de régimen propiciaron la aparición de numerosos periódicos satíricos. Martínez Tornel tomó parte activa en varios de ellos como Perico el de los Palotes (1868/69), La República Federal (1870), El Zorongo (1870) y el suplemento El Zoronguini (1870).
Dentro del ambiente cultural que se formó a raíz del cambio de régimen, apareció una sociedad estudiantil que se denominó 'La Ilustración Murciana'. Una de sus primeras iniciativas fue la fundación de un semanario del mismo título que la sociedad y que se definió como "órgano de la sociedad de este nombre y de la Universidad Libre". Según consta en la propia publicación aquella revista era "obra de unos cuantos jóvenes, que ajenos hasta ahora a las tareas periodísticas, se proponen romper la primera lanza en este torneo". Fue elegido director de La Ilustración Murciana Andrés Baquero Almansa, secretario de la sociedad. Su primer número apareció el 20 de enero de 1871 y el último el 27 de julio de ese año. Uno de aquellos estudiantes que colaboró activamente en esta revista fue Martínez Tornel.
En 1872, el joven Tornel recibe una oferta para trabajar por primera vez en uno de los periódicos más importantes de la ciudad; se trata de El Noticiero de Murcia, una publicación dirigida por Felipe Blanco y en la que nuestro protagonista da sus primeros pasos como redactor de un diario, con indudable éxito, puesto que su trabajo propicia que poco tiempo después Rafael Almazán, el director de La Paz, el periódico de mayor difusión de la provincia, lo incorpore a su redacción. El 2 de junio de 1876 Martínez Tornel es nombrado auxiliar de secretaría en el Archivo Municipal. Ante sí tenía la difícil tarea de reorganizar un archivo que se encontraba sumido en el abandono y presentaba un aspecto deplorable. La reorganización acometida a partir de 1878 por el alcalde de Murcia, Marqués de Ordoño, permitió que se recuperaran muchos documentos que se encontraban extraviados o en mal estado. Martínez Tornel le concedió tal importancia a su nuevo trabajo, que varias décadas más tarde instó a sus herederos a que tras su muerte entregaran toda la colección de ejemplares de El Diario de Murcia, que él poseía, al Archivo Municipal. No fue la única aportación que hizo Martínez Tornel en beneficio de las futuras generaciones de murcianos, ya que algunos años antes había logrado convencer a los herederos de Rafael Almazán, el director de La Paz, para que donaran los ejemplares de este periódico a las dependencias municipales. A finales de la década de los setenta, Martínez Tornel comienza a colaborar en El Semanario Murciano, una publicación que dirigía Antonio Hernández Amores y en el que tenía una sección propia llamada Rebuscos. Su éxito como periodista y literato se manifiesta en 1878 cuando, tras ganar el primer premio de los Juegos Florales, recibe una oferta para asumir la dirección de El Comercio, un periódico en el que escribían firmas ilustres como Tomás Maestre. La década de los noventa es nefasta para Martínez Tornel en el aspecto personal, ya que en apenas diez años fallecen cinco de sus familiares, entre ellos su madre a la que estaba muy unido. En 1896 termina la carrera de Derecho en la Universidad de Valencia y el 9 de enero de 1897 ingresa en el Colegio de Abogados de Murcia.
Durante 1914 y 1915 Martínez Tornel, pese a gozar de buena salud, mostró un cierto pesimismo, tal vez intuyendo que su vida se iba apagando poco a poco. En estos años el periodista predijo en varias ocasiones que su final estaba cercano. En enero de 1916 sufrió un importante impacto al conocer la muerte de su amigo Andrés Baquero. El 19 de marzo, como venía siendo costumbre, realizó la suscripción a favor de los pobres y, a diferencia de años anteriores, mostró un gran optimismo. "El año pasado anuncié esta suscripción de San José creyendo que era la última que hacía. Pero ha querido Dios darme vida para que añada una más a las muchas que llevo hechas y probablemente me permitirá todavía repetirlas algunos años. Sea lo que Dios quiera. Yo no puedo, mientras viva, dejar de hacer esta Fiesta de los Pobres en honor de mi bendito santo. Sean cuales fueren las circunstancias que atravesemos, una fiesta de caridad encaja siempre en una población aunque sea con carácter extraordinario y más cuando en ella se socorren a más de 500 pobres que la esperan".
El 7 de mayo publicó en El Liberal el que sería su último artículo. Al día siguiente se sintió indispuesto y permaneció en reposo. El 9 de mayo su enfermedad se agravó de forma alarmante y el médico que le asistía, Francisco Medina, creyó oportuno que recibiera los auxilios espirituales. Finalmente, el 11 de mayo de 1916, a los setenta años, dejaba de existir José Martínez Tornel, primer presidente de la Asociación de la Prensa de Murcia, cronista oficial de la ciudad, reconocido poeta, decano del Colegio de Abogados, primer secretario de la Cámara de Comercio y, sobre todo, maestro de periodistas. Las muestras de dolor fueron numerosas. El comercio de la ciudad cerró sus puertas para asistir al cortejo fúnebre que tras atravesar la ciudad de Murcia condujo el cadáver del fallecido al cementerio parroquial de La Alberca, localidad natal de su madre, y en donde reposan sus restos mortales. Entre otros muchos homenajes póstumos, el Ayuntamiento de Murcia decidió dar su nombre a una plaza de la ciudad, lo mismo hizo la pedanía de La Alberca e incluso en San Javier existe la calle Martínez Tornel. Asimismo, la Asociación de la Prensa realizó en 1936 una suscripción popular para erigir un monumento en su memoria, pero el estallido de la Guerra Civil paralizó aquel homenaje.