Ignacia Petra González Alonso. Toledo 1910- La Paca 1987
Petra Ignacia González Alonso, conocida popularmente en La Paca como Doña Petra, fue una maestra manchega que llegó a la población lorquina durante los años de la Guerra Civil para ejercer su profesión. Al finalizar la contienda sería apartada del servicio y pasaría unos años muy duros. Afortunadamente encontró el amor en esta diputación y el apoyo suficiente de sus gentes para salir adelante.
Ejerció durante más de veinte años la enseñanza en una estancia de su casa para reincorporarse en el Cuerpo de Maestros a mediados de los sesenta. Tanto fue el cariño que le profesó el pueblo y las diferentes generaciones de alumnos que el colegio público de primaria lleva su nombre.
Infancia y llegada a La Paca
Doña Petra nació en la provincia de Toledo en el año 1910, en un pueblo llamado Carranque. La vocación de la enseñanza le venía de familia pues casi todos sus miembros habían ejercido esta profesión.
En el año 1935 fue destinada a La Paca como maestra de lo que se denominaba Primera Enseñanza, pero al finalizar la Guerra Civil es separada del servicio por razones políticas al igual que toda su familia, que se trasladaría a La Paca. Desde esos momentos y hasta 1964 ejercería la enseñanza en la clandestinidad, impartiendo clases en una habitación de su domicilio particular.
En 1940 contrae matrimonio con un hombre nacido en la diputación lorquina, de nombre José Joaquín Ruiz, apodado el Vivo y fruto de esta relación nacieron dos hijos, Agustina y José que aún hoy viven en La Paca.
Fama de gran educadora
Sus méritos eran de todos conocidos y gozaba de una buena reputación como maestra. Era recta y disciplinada con sus alumnos, una mujer entregada a su profesión.
Sus clases llegaron a contar con 60 alumnos, acogía bajo su tutela a los casos más difíciles para poner a prueba su entereza como maestra, aunque también a los más humildes, que hubieran carecido de las enseñanzas mínimas de no ser por ella. Se la recuerda entrando a los bares para sacar a los jóvenes que no sabían leer ni escribir, llevándolos luego a su escuela.
Además enseñaba a realizar tareas domésticas a las mujeres, como zurcir, coser, bordar, imprescindibles en la época, e impartió catequesis a los niños para la primera comunión.
Finalmente en 1964 reclamó su ingreso en el Cuerpo de Maestros y en el mismo año le fue reconocida su plaza. Tras dos años de permanecer en Mula regresó a La Paca y muy pronto llegaría a ser una figura emblemática entre los maestros de la escuela.
Por su insistencia se creó el comedor escolar con carácter asistencial para garantizar la alimentación básica a los alumnos de menos recursos.
A los 64 años se jubiló recibiendo el cariño y respeto de sus compañeros de trabajo, así como de los convecinos hasta la fecha de su muerte en 1987.
En 1993, en acto público, la población de La Paca, en conmemoración a su figura, colocó una placa en el colegio de primaria en la que se podía leer el nuevo nombre del centro: Petra González.