La cocina de Pulgara, como la de Lorca, está repleta de recetas tan típicas como caracoles chupaeros, los crespillos o la torta de pimentón con sardinas, los hormigos o los guisos con liebre.
La gran cabaña porcina que alberga Lorca facilita la celebración de matanzas, como la que los vecinos de Pulgara disfrutan en un día de campo por la festividad de San Francisco, en un octubre que, tradicionalmente, ha dado comienzo siempre a la preparación de los embutidos de cerdo.
A los embutidos, morcones, salchichas, longanizas, tocinos, morcillas, etc., hay que sumar la olla de verano o las olletas de cerdo, además de las tradicionales migas con tropezones y la liebre con gurrullos.
Los vecinos de Pulgara suelen disfrutar sus días de campo con una empanada con un relleno original, relleno a base de calabacín, patata, pimientos, tomate y ajo.
Los dulces lorquinos tienen un gran repertorio de tortas, ya sean de manteca, de chicharrón, de vino o de mosto. Las rosquillas fritas o al horno pueden ser de anís, y para matar el gusanillo siempre se pueden degustar unas sencillas picardías, un original y saludable caramelo.