Es difícil enmarcar la realidad histórica de las pedanías del municipio de Murcia, realidad que, generalmente, suele empezar a relatarse a partir de la Edad Media, tras los repartimientos del territorio( Ver Documento ) realizados por el rey Alfonso X. Es en estos documentos cuando comienza, muchas veces, el rastreo de lo que en época musulmana eran sencillas alquerías de cultivo cercanas a la ciudad amurallada de Murcia.
Podemos adentrarnos en el origen de esta pedanía de Murcia, ya prácticamente barrio, a través del rastreo documental de uno de sus topónimos, Zaraiche, topónimo que permaneció en solitario como denominador de la localidad hasta el siglo XIX.
Orígenes del topónimo
Zaherich, Zafariche, pudieran ser derivaciones de las voces Açihayrch o Acuharich, leemos en el Libro del Repartimiento:"En Açihayrch, la heredat de Mahomad fijo de Abulacre el ceuadero et Ia heredat de Alpegni, vil alffabas et üi ochauas . De las fijos de Abuiafar Alpegni ix alffabas vïi ochagua", este Açihayrch quedaría situado en las cercanías de La Arrixaca.
En posteriores documentos del siglo XIV el topónimo que se descubre es el de Çahariche ó Çafariche. Algunos historiadores apoyan el estudio filológico que admite que estas derivaciones toponímicas pueden derivar de la palabra árabe sahryi, que significa agua estancada. Si tenemos en cuenta que Murcia, antes de su fundación en 825 era un lugar de aguas pantanosas y que el actual Zaraiche quedaría fuera del primer entramado urbano, tendría perfecta relación este vocablo con el moderno Çafariche y el actual Zaraiche.
Las áreas pantanosas de Murcia, remodeladas progresivamente y cultivadas en un proceso que concluiría en la Edad Moderna, probablemente en torno a finales del XV, fueron repobladas en el XVI, probablemente por moriscos, los mismos que serían expulsados en 1614.
Se cree probable que la ermita de Puche tenga su origen en el siglo XVIII, templo que se construiría bajo la advocación de la Virgen de Atocha, una secular devoción que es popularmente conocida por su ubicación en Madrid. La atocha es un arbusto muy similar al esparto y la Virgen recibió este nombre quizá por haber sido encontrada la antigua imagen de Madrid en un campo de atochas. La relación entre la Virgen de Atocha y esta porción geográfica de Murcia pueda explicarse a través de la llegada al antiguo Zaraiche de alguna familia madrileña, al igual que Zarandona debió recibir la visita de propietarios de las Vascongadas.
La primera parte del topónimo, Santiago, podría explicarse por la antigua existencia de un portillón de canal de riego conocido como Portillo de Santiago, ya conocido en época medieval, no olvidemos que por la pedanía pasa un brazal de acequia que toma sus aguas de la gran acequia de La Aljufía.
Edad Contemporánea
Pese a que algunas pedanías murcianas, como tantos pueblos a lo largo y ancho de la región, llegaron a tener ayuntamientos independientes durante el Trienio Liberal, 1820-1823, Santiago y Zaraiche siguió siendo administrada por el Ayuntamiento de Murcia.
El crecimiento continuo de la demografía de la pedanía favoreció la fundación de la nueva parroquia, un templo construido en 1910 y dedicado a la Inmaculada Concepción, advocación ligada a la confirmación del dogma de la Purísima Concepción de María, aprobado por el Papa Pío IX en 1854.
El resto de la historia de Santiago y Zaraiche queda reducido a sus vivencias cotidianas, primero como área agrícola y, progresivamente, como zona de expansión urbana, limitando su territorio considerablemente la declaración de Zarandona como pedanía independiente en 1980, que eso sí no fue óbice para un continuo ascenso demográfico, especialmente desde los años noventa del pasado siglo XX.