Al Noroeste de la capital municipal de Mazarrón, a una distancia de unos 9 km, se ubica esta población de La Majada. Se cree que el nombre de esta pedanía deriva del hecho ser históricamente un lugar frecuentado por pastores para dejar descansar el ganado, de paso que comenzaría siendo un caserío que crecería hasta convertirse en una aldea.
En su paisaje se extienden diversos parajes con fincas y cultivos, como el Cabezo Negro, Recuenco, Cabezo Muñoz o Los Alamicos. A lo largo de estos parajes esta aldea tuvo que esmerarse desde antiguo para abrir pozos, unos cuatrocientos, para abastecer los distintos cultivos de cítricos y árboles frutales de hueso, paisaje verde que llama la atención en el conjunto de Mazarrón.
Pero si destaca un paisaje en La Majada, es el de Calentín, pues en uno de sus cerros se alza un castillo de origen islámico, posiblemente del siglo XII. Sin duda la elección del lugar se debe a que desde el mismo se domina la cañada de La Majada y tiene un manantial muy cerca.
La Majada posee dos edificios de gran valor patrimonial, la ermita de la villa, cuya fecha de fundación se sitúa en torno a 1735, por disposición del Cardenal Belluga. El otro edificio destacado es el teatro, inaugurado en 1924 y que pese a sus reducidas dimensiones ha formado parte de los momentos de ocio de esta localidad y otras vecinas.
Las fiestas patronales de La Majada, celebradas en honor de la Purísima Concepción, cuya festividad es en diciembre, se celebran tradicionalmente en el mes de agosto y septiembre. Las celebraciones siempre tienen eventos en los que se invita a los vecinos de los pueblos cercanos, compartiendo tradiciones y una gastronomía típica como las migas ruleras y una tradicional chocolatada con pestiños que pone el punto y final a las celebraciones.