Murcia ha sido desde siempre una zona de paso y frontera. Debido a este motivo su indumentaria tradicional ha asumido y ha dejado numerosas influencias en las provincias anexas. Sin embargo, también la impronta del pensamiento murciano se deja entrever en sus trajes populares. La huerta de Murcia es un patrimonio etnográfico y cultural innegable.
Las faldas, refajos, camisas y adornos de las mujeres murcianas, y los zaragüelles, chalecos y chaquetillas de los hombres de la Región han sido modelo en muchas de las provincias cercanas a Murcia.
En la Indumentaria Tradicional murciana se puede diferenciar tres trajes, cada uno adecuado a un momento de la vida: el trabajo agropecuario, las ceremonias religiosas y los días festivos.
Existen prendas que se verán en todos los trajes, y otras que los diferenciarán.
La ropa de trabajo diario
Tanto en la ropa masculina como en la femenina se puede apreciar el influjo del medio agrícola del sureste. A su vez, las prendas que se visten para el trabajo en el campo (zaragüel, sayas, camisa o alpargates) tienen en sus nombres origen islámico, al igual que algunos términos relacionados con el trabajo en la huerta y el regadío.
Las ceremonias religiosas: entierros, bodas, bautizos y comuniones
Se incorporan prendas en estos trajes como la capa o la montera, para el vestuario masculino; y la mantilla y el guardapiés (especie de vestido que se llevaba bajo la falda) para el femenino. Todas estas prendas solían ser de color negro, y engalanaban y cubrían el cuerpo. Era una combinación perfecta de elegancia, prudencia y recato.
Los trajes para los días festivos: de la romería a la feria
La moda que seguían las cortes francesa e inglesa desde el siglo XVII, era tomada como modelo por las personas adineradas de la Región de Murcia.
A los trabajadores de la huerta les llegaban las modas con retraso, y además con tejidos más humildes. Así se realizaron piezas que engalanaban el vestuario cotidiano. Entre estas piezas se encontraba la casaca, el chaleco o el calzón, para los hombres; y el jubón o el armador para las mujeres.
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Los Tejidos
Batista: Tela muy fina de lino o de algodón, de densidad algo grande. Se suele teñir de colores claros y a veces con estampados diminutos.
Brocado: Tela bordada con hilos de oro, plata o seda, simulando dibujos. Se fabrican brocados en seda y algodón.
Damasco: Debe su nombre a la ciudad oriental de origen. Es un tejido de seda o algodón mercerizado, de color unido, caracterizado por lo dibujos llamados adamascados.
Holanda: Tejido fino y sólido de lino de algodón con ligamento tafetán, blanqueado y teñido como la batista.
Indiana: Tejido de algodón algo basto que recibe el nombre de su primitiva procedencia (EE.UU). Su característica es el estampado con dibujos sencillos a uno o dos colores por un solo lado.
Lienzo: Tejido que se fabrica en lino, cáñamo o algodón.
Muselina: Tejido de seda o de algodón, pero poco tupido, ligero y translúcido, blanco o de colores claros.
Pana: Terciopelo de algodón. Consta de una urdimbre y una trama con bastas que se cortan para formar el pelo, que es corto y apelotonado.
Paño: Tejido de lana de peso y densidad muy variables, con ligamentos de tafetán o sarga, perchado de una manera tan intensa que da el aspecto de una piel con el pelo corto, planchado, tupido y suave.
Percal: Tejido de algodón, blanco o pintado y más o menos fino. Poseía poco valor.
Tafetán: Tejido delgado de seda muy tupida. Existen varias especies como el doble, doblete, sencillo o batido.
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Las Influencias
En Andalucía
En Granada se usaban los zaragüelles para los trabajos relacionados con la agricultura. Era un vestuario muy cómodo, y utilizaban medias blancas y esparteñas. También vestían con una manta hecha a franjas de colores. La mujeres del interior granadino utilizaban faldas de lana, a rayas o lisas, bordadas con motivos florales.
El jubón o chaleco también se utilizó en Guadix. Otras prendas muy usadas en esta zona eran el refajo y el delantal.
En cuanto al vestuario masculino, añadir que las mantas que en la Alpujarra se usaban a diario para resguardarse del frío tienen su origen en la manta murciana.
En Baza, la indumentaria tradicional tiene aun más conexiones con la de la Región de Murcia. Refajos, bordados, ornamentos, pañuelo, incluso el peinado reflejan las influencias murcianas.
En Jaén, durante el invierno, las mujeres usaban faldas de lana a rayas y refajos.
Otras zonas cercanas a Murcia
En Albacete, los trajes populares de algunas zonas, usan faldas de lana a rayas. También se tocan el pelo las mujeres con moños de picaporte y pequeños rodetes o currucas.
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El Traje popular visto por los escritores que visitaron la Región de Murcia
Alexandre Louis Joseph de Laborde, diplomático francés destinado en Madrid en 1800, recorrió gran parte de España. Sus experiencias en cuanto a la indumentaria de la Región de Murcia no fueron muy buenas:
'...no se encuentran aquí más que zapatos ordinarios, basquiñas de sarga de lana, redecillas simples y sin adornos y tristes mantillas toscas.', '...sólo se ven aquí cabellos negros, lisos y lucientes'.
Sobre los hombres: 'El hombre del campo lleva en lugar de capa una pieza de tejido basto, de lana rayada, de cerca de una media vara de ancho y de dos varas de largo; la coloca sobre el hombro y la deja caer por delante y por detrás y la hace pasar por debajo del brazo al lado opuesto, cruzándola por la espalda y por el pecho. Lleva una camisola blanca que tiene la forma de un chaleco ancho, y a veces una faja de lana encarnada; su pantalón es blanco, redondo, corto, sin cordones ni ligas y extremadamente ancho: zapatos de cuerda de esparto o de cuerda de cáñamo constituyen su calzado...'.
En 1850 Emile Beguin, escritor francés, visita la Península Ibérica. Llegó a Cartagena y allí describió el traje popular:
'...la cabeza está envuelta por una especie de pañuelo de foulard más o menos vistoso apretado alrededor de la frente...', 'El pantalón va ajustado por encima de las caderas, muy ancho y flotante, sin pasar de la rodilla, que queda desnuda. Las piernas van cubiertas con medias de punto que no pasan de los tobillos. El pie desnudo está armado con sandalias de esparto...', ' Llevan encima de la camisa una especie de chaleco muy corto, adornado con botones de metal, una pequeña chaqueta cuajada de vistosos bordados y por último una larga manta a cuadros, casi semejante a la manta escocesa y que sostenida sobre su hombro izquierdo cae suelta por delante y por detrás', 'En general estos hombres son altos y robustos; tienen buen aspecto. Su paso es firme y grave; su conversación no es ruidosa; todo indica en ellos una especie de dignidad y buen gusto'.
Robida, viajero francés. En 1880 visitó Murcia:
'Los huertanos llevan el traje más pintoresco de la Península: un gran sombrero sobre un pañuelo de seda, chaleco, faja y calzones blancos flotantes como unas enagüillas; muchos llevan las piernas desnudas, con alpargatas o sandalias de cáñamo'.
Joan d'Ivori en Vestidos de España, escribió en 1936:
'Llevaban a la cabeza una pequeña cofia que dejaba salir cómodamente por los lados dos rodetes de trenza, y por la cual colgaba un velo que en parte les cubría.', 'Zaragüelles o bien calzón jupetí, derivado de la chupa, ligas, polainas de paño blanquecino, abarcas de cuero, la manta de sobrios colores a la espalda, y en la cabeza la redecilla que recogía el cabello y encima de ella el calañes, el sombrero de aro de anchas alas dobladas hacia arriba, o la montera de terciopelo negro, de una forma original.'
En 1947 Luis de Hoyos Sainz y su hija Nieves de Hoyos Sancho comentaban en su Manual de folklore:
'Las flores en los refajos se repiten en zonas o bandas paralelas, formando guirnaldas: en el muleño, de paño grana bordado en lanas claras, la central más ancha, las flores son grandes y van acompañadas de hojas que se retuercen y adaptan para rellenar el total del dibujo'.
Mariano Rodríguez de Rivas en el libro Trajes de España, editado en 1958, exponía sobre el traje murciano:
'La murciana borda su falda con dibujos de flores y hojas, recordando sus colores los tonos francos y optimistas de la huerta, fuertes, reventonas y olorosas; verde de legumbres', 'Por allí viene él: con sus medias caladas, de repiscos; su chaleco bordado con pasadores de plata (casi de los más elegantes de Europa en el 1860); montera de terciopelo negro (la cabeza del murciano y de la murciana tiene este común afición a tocarse con terciopelo negro); los calzones son los típicos zaragüelles, adecuados para las faenas de la huerta'.