La oliva resume, en su pulpa macerada,o en su virginal carne oleaginosa,la síntesis aromática del mundo campesino'
Juan García Abellán en Murcia entre bocado y trago
Los olivos fueron introducidos en nuestras latitudes probablemente por los fenicios, pero no es hasta la época romana cuando su producción y comercio adquiere relevancia. Posteriormente, durante la dominación árabe, se impulso su cultivo, convirtiendo a España en el primer país productor de aceite de oliva a nivel mundial.
Las aceitunas han impregnado las culturas mediterráneas desde la prehistoria hasta nuestros días. Los faraones egipcios fueron sepultados con grabados en oro de aceitunas.
Aristóteles filosofaba sobre ellas y el gran Leonardo, cómo no, inventó una nueva manera de molerlas.
Los olivos representan sabiduría, fertilidad y paz tanto para judíos como para cristianos y musulmanes y el aceite que se obtiene de sus frutos ha servido durante siglos como alimento, materia prima para alumbrado, ungüento medicinal y líquido revitalizador del organismo humano.
Jeanne Calmet, de Arles (Francia), el día que cumplió 121 años dio una sencilla respuesta cuando le preguntaron cómo había vivido para ser la persona más vieja del mundo: aceite de oliva, que se encuentra en casi todos los platos que come y con el que cada día se frota la piel. 'Sólo tengo una arruga', dijo, 'y estoy sentada en ella'.
Según el profesor Javier R. García del Toro, hasta hace 30 años se podía rastrear las zonas de influencia cartagenera por la utilización exclusiva del vocablo oliva -cultismo de oleus-i de donde deriva óleos, oleaginoso, oleico, oleoducto, etc.-, mientras que en el resto de la Región de Murcia se decía aceituna (del árabe 'al zeitum').
En la Región las olivas más renombradas, tanto por su cantidad como por su calidad, son las de Cieza y también las del cuquillo de Moratalla.
Autor: Julio Pedauyé Ruiz