Las invasiones bárbaras
Desde los años finales del Imperio Romano hasta el siglo XIV la decadencia de la zona fue pareja a la de todo el litoral. Esta circunstancia vino motivada principalmente por las continuas invasiones de bárbaros, bizantinos y musulmanes, así como por los ataques de la piratería berberisca que tantas veces asolaron la costa del sureste de la Península Ibérica.
Durante los años en los que la Península fue abordada por los numerosos pueblos bárbaros, el territorio de La Unión estuvo prácticamente despoblado, llegando casi a desaparecer la actividad minera. Se conocen algunos episodios sobre la presencia eventual de algunos de estos pueblos en esta zona, como cuando en el año 425 los hombres de Gunderico, Rey de los vándalos, arrasaron las calles de Cartagena y sus alrededores.
La dominación islámica y la Reconquista
Con la llegada de la ocupación musulmana, la presencia árabe fue escasa en la tierra unionense. Se habían beneficiado de algunas minas andaluzas, pero no se interesaron por la explotación en La Unión. Sería ya en tiempos de la Reconquista cuando comienza a tomarse en serio la minería murciana. En la centuria del 1300 comenzó la explotación oficial de la minería unionense. En las Partidas de Alfonso X 'El Sabio' se reservan las minas para la Corona, aunque podían ser otorgadas a particulares a través del pago de tributos. En 1387 se promulga una ley en las Cortes de Briviesca por la que se autorizaba a buscar, catar y cavar las minas. En tiempos de los Reyes Católicos se firman ordenanzas, que premiaban los servicios y derechos de la gente minera.