Programación
Muy extendidas por toda la geografía nacional, y especialmente por el Levante, las fiestas de moros y cristianos rememoran la Reconquista, época histórica que supuso el fin a setecientos años de dominación musulmana de la Península Ibérica gracias al impulso de las tropas castellanas y catalano-aragonesas. Se cree que el origen de estas celebraciones se hunde en la Edad Media, aunque no alcanzarían su resurgimiento y forma actual hasta el último cuarto del siglo XX, como constata el caso que nos ocupa.
Las Fiestas de Moros y Cristianos de Santomera, una de las manifestaciones culturales de este tipo más antiguas de la Región, surgieron de manera improvisada el 13 de octubre de 1979. Un grupo de vecinas y vecinos de la calle del Molino solía aprovechar el sábado siguiente al día de la patrona, la Virgen del Rosario, para organizar un convite; influenciados sin duda por la cercanía de Orihuela y Abanilla, donde estas celebraciones ya estaban asentadas, aquel año decidieron culminar la jornada desfilando disfrazados con indumentarias prestadas por la comparsa Moros Almorávides de Orihuela. La iniciativa fue todo un éxito, de manera que al año siguiente se hicieron sus propios trajes y salieron de nuevo a la calle. Más gente fue sumándose poco a poco a aquella pujante fiesta y en 1983, ya con tres comparsas en funcionamiento y con la necesidad de ordenar los actos preparados, se fundó la Junta Central de Moros y Cristianos, que desde entonces viene encargándose de su organización.
Además del número de agrupaciones implicadas, otros factores han marcado de forma determinante el devenir de las Fiestas de Moros y Cristianos de Santomera, que en los últimos años viven un segundo esplendor. Aunque comenzaron a celebrarse a continuación de las fiestas patronales de la localidad, entre la segunda y la tercera semana de octubre, luego buscaron acomodo en fechas menos cargadas para el municipio de actividades culturales: en septiembre, primero, y en la última mitad del mes de junio, después y, al menos de momento, definitivamente. También resultó fundamental la creación en 2009 del Campamento Festero, un espacio de encuentro común y público que sustituyó a cuartelillos y kábilas como epicentro de la convivencia y que ha facilitado la popularización de muchos de los actos programados. Como tercer factor clave para el nuevo periodo de esplendor que viven hoy los Moros y Cristianos cabe destacar el renacido interés de la juventud santomerana, que cada vez cuenta con mayor presencia entre los festeros y entre las directivas de la Junta Central y de las tres agrupaciones.
Debido a todo ello y al propio devenir de los años, la programación de las Fiestas de Moros y Cristianos de Santomera ha ido experimentando notables cambios. Desde el origen hasta la actualidad, algunos actos han ido incorporándose o desapareciendo, ganando importancia o perdiéndola. Los días grandes, como se ha señalado antes, giran en torno al inicio del verano y el Campamento Festero, donde durante dos semanas se suceden verbenas, demostraciones de baile, espectáculos culturales de distinta índole, homenajes y cenas de convivencia; el cenit se alcanza en la noche del último sábado, cuando los festeros se atavían con sus trajes de gala y sus mejores ánimos para ofrecer su gran desfile ante las miles de personas que abarrotan la calle de la Gloria y la avenida Juan Carlos I. Además, durante el resto del año se suceden otras actividades, como las comidas de hermandad de las distintas comparsas o el Medio Año Festero, donde destaca la instalación de un mercadillo medieval en el entorno de la plaza del Ayuntamiento
Cuándo
Los días centrales se suceden entre la segunda y la tercera semana de junio, pero también destaca el Medio Año Festero, a finales de febrero, con la instalación de un mercadillo medieval en el entorno de la plaza del Ayuntamiento.
Dónde
Desfiles al margen, la mayor parte de las actividades se centran en el Campamento Festero (aparcamiento disuasorio, esquina de las calles de la Gloria y de la Mina).
No te pierdas
► Las hermosísimas vestimentas y el majestuoso porte de las filas guerreras.
► Las sinuosas danzas de las almorávides, los juegos de banderas de las cristianas y el baile castizo de las contrabandistas.
► La música, parte fundamental de esta fiesta.