Detalle de la cabeza y tronco de un garduña
Detalle de la cabeza y tronco de un garduña
Garduña en Calblanque
Garduña en Calblanque
Luis Cavero Sancho

     La garduña es un mamífero carnívoro de mediano tamaño, midiendo su cuerpo y cola entre 65 y 85 cm (entre 20 y 30 cm de cola). Es de cuerpo esbelto y alargado, con unas patas cortas y cinco dedos en cada una. Su cabeza es ancha, con orejas redondeadas y bordeadas por un pelaje blanco, y terminada en un hocico puntiagudo.

     El color de su pelaje es pardo oscuro, excepto en el pecho que es de color blanco, y el de sus patas que es más oscuro que en el resto.

     Es tan parecida a la marta que Linneo (padre de la clasificación animal), en 1758 no hizo distinción alguna entre estos dos animales. La diferencia principal entre ellos es el color de las manchas del pecho y garganta, blancas en la garduña y de color amarillento en la marta.

Hábitat

     En líneas generales, la garduña puede aparecer en bosques, sotos, sierras abruptas, pinares, gustando, también, de enclaves protegidos de matorral y rocas. El hábitat preferido de las garduñas en España central son los mosaicos de bosques de pinos u otros de cierta altitud mezclados con abundantes roquedos. La especie es muy rara en las dos mesetas, donde hay un relieve muy suave. Parece que la especie precisa de una cierta abruptosidad para vivir.

     Es un animal solitario y nocturno, que se desplaza rápidamente a saltos por su amplio territorio de un radio de 6 a 8 km.

     Los machos son territoriales, no dudando en defender su territorio ante la incursión de otro macho adulto, soliendo tener varias madrigueras entre las rocas y los árboles.

Distribución

     En la Región de Murcia está presente en buena parte del entorno rural y serrano del territorio.

Alimentación y costumbres

     La garduña se alimenta de una gran diversidad de animalillos, entre los que se pueden citar liebres, conejos, pájaros y sus huevos, ardillas, ratas, ratones, topillos, peces, anfibios, además de otros productos vegetales como miel, frutos y sobre todo higos, por los que siente una gran predilección.

     El olfato, la vista y sobre todo el oído son los sentidos más desarrollados en este animal, que le mantienen alerta ante cualquier peligro o posible presa.

     La identificación de sus huellas es más fácil que en otras especies, al no tener la planta de la pata recubierta de pelo y resultar unas marcas más nítidas.

     Aparte de ser depredador, también es presa y sirve de alimento a numerosas especies como las grandes águilas, el gato montés, el zorro o el lobo.