La Fiesta del Niño es la celebración más querida por los abaraneros, que sienten que su ceremonia es uno de sus más importantes signos de identidad. Las familias se convierten en protagonistas del evento y son ellas las que con mayor ilusión participan en este día.
A las tres de la tarde del día 6 de enero, las calles de Abarán se llenan de visitantes, ávidos de contemplar el singular espectáculo de ver a diez imágenes del Niño Jesús desplazándose por encima de las cabezas de la multitud, con el fin de recorrer las calles y casas del pueblo.
Como la Fiesta se realiza en dos series, cuando el reloj de la Torre de San Pablo marca las 19:30 de la tarde y la misa ha concluido, sale de este templo la segunda serie de Niños, entre la alegría y el júbilo de los devotos.
La Fiesta del Niño no sería posible sin la participación de sacerdotes y seglares, que pasean las imágenes de los Niños por calles, plazas y casas de Abarán, con el fin de llevar su bendición a todos los hogares y visitar a enfermos e impedidos, si los hubiera, cumpliendo con el motivo fundamental de la celebración.
Los 'Animeros' preceden la comitiva, repiqueteando una campanilla que anuncia la inminencia de la llegada de las imágenes. Unos y otros son acompasados por las interpretaciones de las Cuadrillas de Música.
La Hermandad de las Ánimas es la encargada, cada año, de organizar la Fiesta del Niño de Abarán. Desde hace más de cien años colabora estrechamente con las Parroquias de San Pablo y San Juan Bautista. Gracias a todos ellos es posible que esta tradición tan arraigada entre los abaraneros, perviva año tras año.
Esta Hermandad nació en el año 1901, y desde sus orígenes ha estado comprometida con la misión de organizar esta fiesta, contando con el beneplácito y la colaboración de las parroquias.
La Hermandad de las Ánimas se encarga de la obtención de las imágenes y de reunir a los ayudantes de los sacerdotes de estas parroquias para que, en la larga jornada del Día de Reyes, puedan llevar las imágenes a los más de cuatro mil hogares de Abarán. Las imágenes y sus vestidos son, en muchas ocasiones, donados por particulares.
Otra de los cometidos asumidos por esta Hermandad, es la de reunir a los Hermanos 'Animeros', cuya misión consiste en anunciar, con un 'toque' de campanilla, la llegada de la imagen del Niño a cada casa del pueblo. De igual modo, deben solicitar a la persona más representativa de cada hogar, una propina, con la que luego se sufragarán los gastos de las misas diarias a las Santas Ánimas, así como sus velas y lamparillas.
Diez imágenes de Niños y no menos de cuarenta personas de la Hermandad de las Ánimas, porteando alforjas y faroles, atienden cada año a todos los hogares de la localidad, con motivo de la Epifanía.