El territorio de Murcia fue parte de la conquista de Hispania de la antigua Roma, desde los períodos republicanos hasta los últimos siglos del imperio en nuestra Región la colonización romana creó desde villas rurales a grandes ciudades como Cartagena. Los testimonios arquitectónicos de este pasado forman parte de nuestro patrimonio arqueológico y, en el caso de Carthago Nova, han podido ser reconstruidos en algunos elementos urbanos como el teatro.
Piedra tallada y hormigón, la gran creación de la ingeniería romana y que permitió alguno de los edificios y construcciones más significativas de Roma, columnas, elementos de sustentación y decorativos, arcos de medio punto que hicieron progresar la capacidad de resistencia de los edificios y crear bóvedas, ladrillo utilizado con diversidad de disposición en los paños murales. Estas son las constantes de la arquitectura romana.
Siendo ciudad portuaria clave en el desarrollo minero de la zona, la afluencia de comerciantes y las relaciones comerciales con Roma justifican aún más el carácter itálico de sus construcciones que son muestra de todo el catálogo ornamental conocido del arte romano. Los materiales utilizados son muy semejantes a los usados en otras viviendas romanas, identificándose mármoles y material pétreo de distintos puntos del imperio.
Si algo fascina del antiguo pasado romano es la arquitectura de la urbe, es la ciudad, más o menos populosa, la que define la arquitectura romana en su esencia. Carthago Nova formó parte de la historia de la ciudad romana. Durante la época Julio-Claudia tuvo su mayor apogeo, la urbe, además de domus o casas particulares de hasta dos pisos, dispuso de foro, teatro, circo, anfiteatro, termas, domus aurea etc., todo aquello que representara la imagen de la misma ciudad de Roma. La renovación de la época de Augusto, empeñado, tras los conflictos civiles, en recuperar los valores morales romanos, el culto a los mayores y la piedad religiosa, pueden observarse en las trazas de la antigua ciudad romana de Cartagena. El recuperado teatro es una buena muestra de este pensamiento político, con capacidad para unas seis mil personas. En sus elementos más relevantes podemos observar la cavea, el semicírculo que contiene el graderío y la scenae, porticada y distribuida en tres exedras que soportan las columnas, exedras que contendrían la tríada capitolina dedicada a Júpiter, Juno y Minerva, una constante en los edificios más significativos romanos.
El elemento más vistoso de esta arquitectura de la que solo quedan planos de su estructura formaría parte de su decoración estética, algo no propiamente arquitectónico pero que va inserto y forma parte del edificio. El arte musivario es el más característico de la arquitectura romana, en Murcia han quedado restos de mosaicos en villas, como La Quintilla en Lorca, Los Cipreses en Jumilla, una villa en Portmán o el ámbito de la catedral vieja de Cartagena. La mayor parte de los mosaicos encontrados más antiguos pertenecen al período comprendido entre el I a. C y el I d. C, el momento de mayor expansión del arte musivario; el menor porcentaje corresponde a los siglos I y II d. C., momento del declive económico de Carthago, con el abandono progresivo de la minería. Junto a la pintura era la forma de decorar paredes más habitual pero se trataba de una artesanía cara, por eso no es de extrañar que la mayor cantidad de mosaicos pertenezca al mejor momento económico.