Uno de los campos en que la investigación ha proporcionado los más espectaculares avances en estos últimos años ha sido el de los estudios paleontológicos y de los primeros homínidos en la Región de Murcia.

A los ya conocidos yacimientos cuaternarios asociados a cavidades cársticas con fósiles de fauna semejantes a la de la africana actual, como es el caso de Cueva Victoria (Cartagena) y Sierra de Quibas (Abanilla), hay que sumar los recientes descubrimientos realizados en el Mio- Plioceno (5-6 millones de años) del Puerto de la Cadena con motivo de las obras de la autovía MU-31. El paraje ha proporcionado una extraordinaria abundancia y diversidad de restos de grandes vertebrados que se encuentran actualmente en estudio por un equipo de especialistas coordinados por Miguel Ángel Mancheño, de la Universidad de Murcia. Sin duda, otro de los hallazgos más significativos son las icnitas o huellas de dinosaurio atribuidas al Cretácico Superior (65 millones de años) que han sido localizadas en los términos de Jumilla y Yecla.

Ya en el campo de la paleoantropología hay que destacar los más de 20 años de investigación del profesor Michael J. Walker sobre dos asentamientos neandertales: la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo (Torre Pacheco), con restos de individuos en posición anatómica correspondientes a un periodo de tiempo comprendido entre 60.000 y 40.000 años, durante el último periodo glacial, y Cueva Negra del Río Quípar (Caravaca), con huesos y dientes humanos datados en medio millón de años o más (Pleistoceno Inferior-Medio) asociados a un singular conjunto de industria lítica.

Otros yacimientos prehistóricos de indudable relieve por los hallazgos realizados en estos últimos años son Cueva Antón y Rambla Perea en Mula, a cargo del equipo comandado por el profesor Joao Zilhao.

Un caso especial, de indudable interés, son los descubrimientos aportados por la intervención arqueológica efectuada en los Abrigos del Pozo de Calasparra, donde a la prolongada ocupación del lugar se une la asociación de sus niveles neolíticos con restos de colorantes que se pueden relacionar con las representaciones pictóricas que adornan sus paredes, ya conocidas desde hace años.

Finalmente, en lo referido a los estudios sobre arte rupestre, debemos destacar el descubrimiento de la nueva estación del Abrigo Riquelme (Jumilla), y los re-estudios, con nuevas metodologías fotogramétricas, de las estaciones de El Milano (Mula) y Los Cuchillos (Cieza).