Corrían tiempos medievales y los templos europeos asistían al nacimiento de un nuevo teatro que relegaba a un segundo plano al teatro clásico grecorromano, que había imperado hasta la fecha.
Este nuevo teatro surgía en forma de drama litúrgico en el seno de la Iglesia Católica, que pretendía extender su influencia. El propio dramatismo presente en la liturgia católica medieval inspiraba y se reflejaba en estas nuevas piezas teatrales, escenificadas al amparo de los templos.
Desde sus comienzos, la temática religiosa, especialmente protagonizada por el Nacimiento del Mesías, será la que reine en estas obras, que se desarrollan bajo las bóvedas de unos templos románicos que pronto respirarían efluvios goticistas.
El texto original del Auto de los Reyes Magos data de mediados del siglo XII y contiene visos teatrales que, en época medieval, debieron servir para ser representados en las iglesias, junto con la propia homilía.
Esta pieza teatral, de autor desconocido y escrita en lengua romance castellano, se considera el primer ejemplo de teatro castellano y es muy representativa del teatro medieval.
El teatro salta de los templos a las plazas de los pueblos: al amparo de la bóveda del cielo
Con el paso del tiempo, estas piezas teatrales representadas en las iglesias irán enriqueciéndose y despertando mayor interés entre el vulgo.
Aunque la Iglesia animara los inicios del drama litúrgico, dadas sus cualidades didácticas, el entretenimiento y el espectáculo fueron imponiendo su hegemonía y la Iglesia decidió trasladar las representaciones teatrales a las calles y plazas de los pueblos.
Sin perder el carácter semilitúrgico de las representaciones, el reparto de actores estaría compuesto por los propios vecinos, naciendo en el siglo XIV un nuevo género grandioso y espectacular: el ¿Misterio¿, para el que, en ocasiones, se precisaban cientos de personas.
Los Tres Reyes Magos de Oriente
La denominación de Magos es citada en el evangelio de San Mateo, siendo unas figuras que fueron evolucionando y cobrando popularidad con el paso del tiempo.
En un principio se los representaba con un gorro frigio, propio de sacerdotes y astrólogos del dios persa Mitra, pero al estar la astrología prohibida en la Iglesia, se consideró la representación de dudosa reputación.
En los primeros tiempos del cristianismo, Tertuliano y Orígenes dieron lugar a la creencia de que dichos magos eran Reyes de Oriente, motivando que cambiase su indumentaria y comenzasen a ser representados con coronas reales, según la usanza latina.
La aparición del manuscrito del Auto de los Reyes Magos en el siglo XII, permitía bautizar a los Reyes Magos de Oriente con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Los Reyes Magos eran de raza blanca, pero a partir del siglo XVI, en todas las representaciones de le adjudicó a Baltasar la raza negra.
Auto de los Reyes Magos, la más antigua reliquia teatral en castellano
El Auto de los Reyes Magos y la Asunción de la Virgen son las obras teatrales más antiguas escritas en el tosco castellano medieval.
La segunda se celebra en Elche cada año, durante los días 14 y 15 de agosto. En el interior de la Basílica de Santa María, se representa esta obra teatral cantada, de raíces medievales, considerada la única obra de su género que se ha seguido representando ininterrumpidamente hasta la actualidad, a pesar de las prohibiciones derivadas del Concilio de Trento. En 2001 fue considerada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El Auto de los Reyes Magos es la obra clave del teatro religioso europeo de raíz medieval. En la Región de Murcia constituye la pieza del Medievo que más se ha popularizado, escenificándose anualmente al llegar la Navidad.
Los ciento cuarenta y siete versos del manuscrito de la Catedral de Toledo
Siendo canónigo y, más tarde, arzobispo de Santiago de Compostela, don Felipe Fernández Vallejo, descubrió en el siglo XVIII un antiguo manuscrito en la biblioteca de la Catedral de Toledo. Más tarde, Menéndez Pidal se encargaba de su publicación y lo bautizaba como Auto de los Reyes Magos.
El manuscrito relataba la historia de los Tres Reyes Magos en su búsqueda del Niño Dios y la reacción de Herodes.
La lengua de este documento confirmaba como su origen una fecha de la segunda mitad del siglo XII, un poco posterior al año 1150.
El autor se desconoce, aunque resulta aventurado afirmar que fuese español, ya que en el Toledo del siglo XII, núcleo en el que convivían cristianos, judíos y musulmanes y centro intelectual de suma importancia para la Europa Occidental, convivían eruditos venidos de diversos países.