El Gobierno declara, el 18 de agosto de 1936, la provincia de Murcia zona de guerra. Al día siguiente, el general Martínez Cabrera hacía público el bando de guerra. Inmediatamente, fuerzas de todo el Levante, entre las que destacaron las de Cartagena, se desplazaron a los frentes de Córdoba y Granada, siguiendo el eje Murcia-Lorca-Baza-Guadix.

  La provincia de Murcia estaba situada en la retaguardia del bando republicano durante la Guerra Civil (1936-39). El frente de guerra más cercano era el de Granada, a casi 300 kilómetros de distancia. Sin embargo, la provincia murciana tenía una gran importancia geoestratégica debido, principalmente, a la base naval de Cartagena. El puerto de Cartagena constituía la base más importante de la Marina republicana en España. Cartagena albergaba la Flota de destructores, cruceros y submarinos. La conservación de la plaza de Cartagena era fundamental para la resistencia de los republicanos en la lucha.

  En Cartagena se formó un Comité Central de Milicias Antifascistas, presidido por el albañil anarquista José Pérez Gómez, con sede en el Gran Hotel, con el fin de coordinar la salida y avituallamiento de la milicias.

  El general Toribio Martínez Cabrera, gobernador militar de Cartagena, ideó un Proyecto de Defensa Terrestre en 1936 para defender esta base naval ante una posible ofensiva de los nacionales. La defensa marítima de la plaza estaba prácticamente garantizada debido al potencial de la Flota republicana amarrada en Cartagena y a las baterías costeras de la base naval (aprobadas en el Plan de Defensa de 1926).

  La defensa aérea de Cartagena consistía en la artillería antiaérea y en los aeródromos establecidos en la provincia de Murcia. El número de aeródromos ascendió a 14 durante la Guerra Civil, con el fin de garantizar la defensa de Cartagena y de las principales ciudades y localidades costeras de la provincia de Murcia.

  Todas las grandes industrias y los servicios básicos de la región quedaron incautados y sometidos a control sindical, así como inmuebles urbanos. Murcia fue una región de retaguardia, y como tal no sufrió directamente los efectos de la guerra. Únicamente la aviación enemiga atacó en algunas ocasiones, principalmente a Águilas y Cartagena. Esta última sufrirá grandes bombardeos el 28 de octubre y el 25 de noviembre, y habitualmente durante 1937, lo que motivó una febril actividad de construcción de refugios. El empobrecimiento general al que condujo la guerra se tradujo en la escasez de alimentos que hizo necesarios los racionamientos.


  Bibliografía

-Diario 'El Liberal'.
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Diario 'Nuestra Lucha'.
-Fernández, José y Tombergs, Rebecca. 'Arquitectura militar de la guerra civil en la Región'.
-González, Carmen. 'Guerra civil en Murcia. Un análisis sobre el poder y los comportamientos colectivos'.

  Antonio Gómez-Guillamón Buendía