La arqueología tras la Guerra Civil
El período comprendido entre los años 1939 y 1955 está marcado por la labor desempeñada por la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas. Creada el 9 de marzo de 1939, asumió las competencias que hasta la guerra había tenido la Junta Superior de Excavaciones Arqueológicas. Dos años después, la Comisaría reclamaba todos los materiales arqueológicos que estuviesen en poder los antiguos directores de excavaciones subvencionadas por el Estado, y nombraba una serie de comisarios provinciales, creando una red de Comisarías centralizada y bien jerarquizada.
En Murcia sería nombrado Comisario Provincial Augusto Fernando de Avilés, por entonces director del Museo Arqueológico Provincial, iniciando un período notable de actividades arqueológicas con fructíferos resultados, reiniciándose excavaciones en yacimientos señeros de la provincia, como Cabecico del Tesoro, Cabezo del Tío Pío o la La Bastida de Totana.
La Universidad de Murcia
A mediados de la década de los 50 comienza a cobrar protagonismo en la arqueología regional la Universidad de Murcia, gracias a la llegada como catedrático de Historia del Arte del Profesor Cayetano de Mergelina. Colaboró con Jorge Aragoneses en la excavación de la necrópolis del Cabecico del Tesoro y realizó varias intervenciones de urgencia junto al Dr. Nieto Gallo en las cuevas con enterramientos calcolíticos de la Peña Rubia.
Junto a Cayetano de Mergelina, destaca la figura de Jorge Aragoneses. Su trabajo, que se prolongó durante 20 años, abarcó numerosas disciplinas (arqueología, museografía y Bellas Artes) y diferentes momentos históricos, siendo sus actuaciones fundamentales para el conocimiento de la arqueología en Murcia.
Tras la marcha de Jorge Aragoneses, en 1975, se incorpora a la cátedra de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Murcia la Dra. Ana María Muñoz Amilibia, implantando la especialidad de Historia Antigua y Arqueología, impulsando los trabajos de campo (excavación de Coimbra del Barranco Ancho y Cabezo del Plomo), y creando una auténtica escuela arqueológica murciana.
Emeterio Cuadrado
Una de las principales figuras de la arqueología murciana fue el ingeniero de caminos Emeterio Cuadrado. Descubridor y excavador del santuario y necrópolis ibérica de El Cigarralejo (Mula), excavó durante más de 40 este yacimiento paradigmático de la cultura ibérica española. Su trabajo destaca por su rigurosidad y meticulosidad, por el estudio sistemático de todos los ajuares hallados; distinguió en el yacimiento hasta siete niveles de supersposición de tumbas a lo largo de los 300 años que estuvo en uso la necrópolis. Fue autor de una enorme producción científica, que hoy en día es referencia para cualquier estudio sobre arqueología ibérica, destacando sus aportaciones sobre las cerámicas áticas de barniz negro, el barniz rojo, cerámica ibérica de mesa, fíbulas y armamento ibérico.
La colección arqueológica fue donada al Estado por D. Emeterio Cuadrado, materiales que hoy en día se pueden visitar en el Museo de Arte Ibérico de El Cigarralejo de Mula, una de las mejoras colecciones de cultura ibérica en España.